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Andando por la Calle Ancha oí que un vecino decía a otro: - Si a esa fachada le arrimas un “cerillo” sale ardiendo la casa enseguida - Ahora surgen expertos en fuego como hongos.

Profesionales de la construcción me dicen que algunos medios están sacando conclusiones precipitadas. Es importante culminar una investigación rigurosa sobre el incendio de Valencia aunque lleve semanas o meses. Ya hubo que desmentir la presencia de poliuretano en la fachada porque lo que había era lana mineral.

Casi todos los edificios construidos desde hace tiempo tienen poliuretano o un polímero similar como aislante en paredes y tejados. Con eso se rellenan las cámaras de aire para aumentar el aislamiento térmico. También se usan estos productos al derribar un inmueble para aislar los edificios colindantes cuyas paredes han quedado a la vista. La información sobre cómo arden estos polímeros aislantes no es clara pues hay quien dice que propagan rápidamente el fuego, como publicaron ocurrió en Valencia, mientras que otros estudios afirman que estos materiales se carbonizan o requeman en su exterior sin gotear ni propagar el fuego. Esto, con independencia de que debieran estar encerrados – aislados - para evitar que les alcancen llamas externas.

Pueden sacarse algunas conclusiones, de momento. Ante todo, que sería necesario revisar la normativa de construcción para evitar situaciones como la de Valencia (y Londres… y Milán… y Móstoles…). También, que los ayuntamientos deberían inspeccionar, al menos, aquellos edificios sospechosos de fachadas o elementos vulnerables al fuego. Y, finalmente, que resulta increíble que, con los ingentes beneficios del sector inmobiliario, no se promueva la investigación y uso de nuevos materiales aislantes que no conlleven riesgos por su inflamabilidad.

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