Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

Línea de fondo

Santiago Cordero

Santiago.cordero@jerez.es

Reinventarse

Miriam Blasco fue la primera española en lograr un oro olímpico

Hace unas semanas vi un documental sobre la primera mujer española en conseguir una medalla de oro en unos Juegos Olímpicos. En concreto lo hizo el 31 de julio de 1992 en Barcelona. Miriam Blasco, judoca vallisoletana de nacimiento y alicantina de adopción, con más de 7.000 aficionados apoyándola desde la grada, incluidos su familia, su esposo y los Reyes de España (quienes por aquel entonces aparentaban ser un matrimonio perfecto y él, S.M. Juan Carlos I, el  mejor de los españoles), se enfrentó en la final a la británica, quien era la favorita, Nicola Fairbrother, a quien venció por la mínima en un combate muy duro y complicado, según los expertos.

El antes y el después de esta medalla daría para escribir un guión de Hollywood. Blasco conoció a su marido en una competición, tras unos años de noviazgo por carta, aprovechando que su familia dejaba su Valladolid natal para trasladarse a Madrid, decidió irse a Alicante a seguir entrenando con su novio. Miriam rompía moldes dentro del seno de una familia muy creyente y conservadora abandonando el hogar. En Alicante conoció a su entrenador, Sergio Cardell, con quien consiguió el plus mental suficiente para creerse que podría lograr el máximo dentro del judo. Un mes antes del comienzo de la Olimpiada, Cardell murió en un accidente de moto. Blasco estuvo a punto de no competir, aunque finalmente lo hizo y se alzó con la medalla de oro, haciendo historia en el deporte femenino español.

Miriam reconoció que después de una gesta así, tras años de esfuerzos, con la trágica muerte de su entrenador tan cercana, cayó en una especie de depresión, que incluso terminó acabando con su matrimonio. Años después, en esa especie de vida de película, acabó enamorada de aquella a la que había derrotado en la final olímpica, que se convirtió en su pareja. Miriam Blasco, reinventaba una vez más su vida. Hizo carrera política en el PP y aún hoy, reconoce con pena que le sigue atormentado el no haber roto la disciplina de voto del PP, en favor de la ley que legalizaba el matrimonio entre personas del mismo sexo. La misma ley Zerolo que años después permitió su matrimonio con su pareja Nicola. Son esos claroscuros, esas incongruencias, esos temores, debilidades y errores, si se reconocen claro está, los que otorgan una humildad pacificadora interiormente a quienes han sido considerados cuasi dioses (diosa en este caso).

Me impactó de manera muy positiva cuando dijo al respecto “...Podría explicarlo, pero sería como excusarme. Fue una decisión muy complicada, pero lo que más tranquilidad me dio fue que Nicola comprendió esa decisión. Ya lo he dicho, todavía queda el dolor”. Si el amor perdona, quien somos el resto para culpar. En definitiva esta es  la historia de una deportista que supo reinventar su vida cada vez que lo necesitaba.

¡Qué pena, que no haya más políticos de la talla de Miriam Blasco! No hablo del tipo que se excusa en una falsa ¡No volverá a ocurrir! Para a continuación seguir robando a España y los españoles. Esa gentuza, con más o menos títulos, están tan corroídos por la corrupción, que nunca serán capaces de reinventarse para bien en sus podridas vidas.

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