La Consejería de Educación de la Junta ha propuesto una serie de actividades complementarias y voluntarias para dar a conocer la música de la Semana Santa, junto a otros valores artísticos con ella relacionados, en los colegios. Y las asociaciones laicistas han estallado denunciando que se trata de “imponer su posicionamiento ideológico a la comunidad educativa y usar los centros educativos para el adoctrinamiento”. ¿Dar a conocer las músicas compuestas para las cofradías es adoctrinar? ¿Mostrar la belleza de la saeta, como parte del patrimonio del flamenco, reconocido por la Unesco Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, es imponer un posicionamiento ideológico?

Las objeciones más singulares son las de Andalucía Laica: “Lesiona los derechos de la infancia y perjudica el avance de Andalucía hacia una comunidad moderna de convivencia plural y democrática… Lo que se promueve son actividades de evidente cariz religioso, católico en este caso, vulnerando de manera manifiesta la libertad de conciencia de todos los menores, y específicamente los derechos de quienes tienen otras convicciones, religiosas o no… Impulsar como marcador identitario andaluz los tópicos más pietistas hace un flaco favor al desarrollo de nuevas generaciones que, desde la racionalidad y la diversidad de convicciones y creencias, hagan florecer una Andalucía propia del siglo XXI alejada de añejos estereotipos”. ¿Conocer el inmenso patrimonio artístico de la Semana Santa –desde las esculturas barrocas a las artesanías del bordado y la orfebrería o el patrimonio musical– lesiona los derechos de la infancia y perjudica el avance de Andalucía? ¿Si se llevara a los niños católicos a sinagogas o mezquitas, no para “adoctrinarlos”, sino para mostrarles sus valores artísticos y ejercitarlos en el conocimiento y respeto de otras religiones, se estaría perjudicando la convivencia plural y democrática o favoreciéndola? ¿Es un tópico pietista y un añejo estereotipo la transversal, plural y vivísima Semana Santa andaluza? Si esto es así, líbrense también los profesores de hablar de Bach. Su Pasión según San Mateo empieza así: “Venid, hijas, auxiliadme en el llanto, ¡Ved! ¿A quién? Al Amado. ¡Vedle! ¿Cómo? Como un cordero. ¡Mirad! ¿Qué? Ved su paciencia. ¡Mirad! ¿Dónde? Nuestros pecados. Miradle. Por amor y clemencia Él mismo va cargado con su cruz”. ¡Intolerable! ¡Adoctrinador!