La Rayuela

Lola Quero

lolaquero@granadahoy.com

Golden Pisos

No todos los que van con el dinero por delante son chinos o rusos, la inmobiliaria sigue siendo la inversión estrella

Aprecio de oro. Hay ciudades donde el acceso de un mortal a la vivienda puede ser el gran reto de su vida y otras en las que ya es imposible, sin más. La opción del alquiler no está mucho mejor. El Gobierno acaba de anunciar una medida con la que promete aliviar la situación, que es la eliminación de los visados de residencia a extranjeros por invertir más de medio millón de euros en inmuebles nacionales. La llamada Golden Visa, en vigor desde 2013.

Parece lógico pensar que un incentivo como ese no hacía más que incrementar la tensión del mercado, muy influenciado por las compras al contado. Sólo un 38,9% de las operaciones se lleva a cabo con financiación hipotecaria. Es decir, el recurso de la gente corriente, la que vive de sus salarios. El fin de esos visados discriminatorios parece justificado, pero ¿por qué no se han eliminado antes? Más allá de esta cuestión, no todos los que van con el dinero por delante son chinos o rusos (nacionalidades predominantes de los visados por esta vía). El negocio inmobiliario en España sigue siendo la inversión estrella, mucho mejor que la fabricación o la tecnología, que es todo muy arriesgado. Me refiero a lo que de forma común y puede que simplista conocemos como especulación.

El negocio productivo, el de la promoción y la construcción, es otra cosa. A comienzos de siglo nos dimos un atracón y lo pagamos muy caro, con una crisis que llevó la situación al extremo contrario, el del parón más absoluto. No es sólo que el negocio se detuviera y que haya costado más de una década revitalizarlo, sino que además el sector se ha quedado con la mancha reputacional. A los políticos les cuesta sacar pecho de iniciativas que busquen favorecer la construcción –salvo que se le pueda poner el apellido social a las viviendas– y seguimos viendo a los promotores como al Bute. Pero la realidad es tozuda y sólo hay que ponerse a buscar casa para darse cuenta de que escasean y además son prohibitivas. Hemos entrado en la era de los Golden Pisos.

Analistas como el catedrático Santiago Carbó, director de estudios financieros de Funcas, creen que la vivienda es una emergencia nacional y la receta es crear nueva oferta y en abundancia. Agilizar la construcción, con primorosa elección de los incentivos para no volver a descarrilar. Cuesta eliminar el estigma, pero habrá que dejar de hablar del ladrillo en peyorativo y sonreír cada vez que aparezca una nueva grúa en nuestro paisaje urbano. Por la cuenta que nos trae.

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