Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

El pasado junio se produjo otro cambio en la nomenclatura de una plaza del centro. Son tantos los que se han llevado a cabo en los últimos años y décadas, que ya he perdido la cuenta. Resulta tan desalentador ver cómo se suceden gobiernos de distinto signo en el Ayuntamiento y que esta lamentable práctica continúe. Es un asunto que algunos jerezanos venimos denunciando bastante tiempo atrás, sin ser escuchados por nuestros políticos. En el mejor de los casos, como ha sucedido de nuevo ahora, se opta por hacer ridículos híbridos para, supongo, intentar contentar a todo el mundo, agregando a la denominación original de la calle el añadido del nombre del personaje homenajeado. Se podrá defender como se quiera: la alteración es indiscutible.

En esta ocasión el turno ha sido para la Plaza Melgarejo, de la que nos dice Agustín Muñoz en su clásico libro sobre las 'Calles y Plazas de Xerez de la Frontera' que era así llamada desde, al menos, 1574. Cuatrocientos cuarenta y cuatro años después tenemos que conocerla por 'Plaza Melgarejo de José Reganzón Cosme, El Guardia'. El recargado rótulo campea ya sobre la antigua bodega que se levanta frente a la iglesia de San Juan de los Caballeros, muy próximo a la casa de la familia que dio nombre a la plaza. La monumental portada de la vieja vivienda, de cuidada estética manierista, quizás de finales del mismo siglo XVI, se nos presenta en la actualidad burdamente blanqueada y nos anuncia un interior muy alterado, donde el recuerdo de los Melgarejo hace mucho que se perdió. No entraré a valorar si el fundador de la Agrupación Musical San Juan se merece tener una calle en Jerez. Es probable que sí. Pero de lo que estoy convencido es de que el lugar elegido para ello no es el adecuado, además de ser un atentado a un patrimonio, inmaterial, siempre indefenso ante el oportunismo político.

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