Comienza un nuevo ciclo, el de los interrogantes sobre el futuro político y vital, el ciclo de las preguntas aún sin respuesta, el ciclo de la incertidumbre. Tras una pandemia que ha provocado docenas de miles de muertos, la ruina de millones de españoles, y el terror de los mayores y la falta de vida sana en sus hijos y nietos; tras la incomunicación entre familiares y amigos que han estado más de un año sin verse, imposibilidad de salir o hacerlo con un riguroso control de horarios y condicionamientos; estudiantes que han perdido el contacto directo con profesores y compañeros, pegados ante el ordenador donde seguían clases on line. Tras año y medio de silencios, de tensiones familiares por falta de espacio, o de tomar una caña, donde se permitían, mirando constantemente el reloj; tras año y medio de mascarilla y, estas últimas semanas, de estar pendientes del mensaje con la fecha de vacunación… tras esa vida que no era vida, llega la hora de respirar algo y de buscar respuestas sobre lo que nos aguarda.

Si son efectivas las vacunas, si habrá que vacunarse periódicamente el resto de la vida, si el virus maldito tendrá secuelas. Si se podrá recuperar el negocio perdido, si el ERTE se convertirá en ERE, si las empresas apostarán o no por el trabajo presencial. Si regresarán los turistas o buscarán otros destinos mediterráneos como Grecia, Italia, Turquía o Portugal, que han conseguido que su imagen exterior no quedara tan dañada. Y está la angustia sobre los planes del Gobierno relacionados con nuestros dineros y patrimonio, con noticias que no auguran nada bueno si se mantienen las medidas que ha enviado a Bruselas para conseguir que nos llegue el fondo de recuperación. Ya nadie cree las promesas, al menos las promesas de este Gobierno.

Las elecciones de Madrid llenan también de incertidumbre el panorama político: si Sánchez aguantará hasta el final, si Casado sabrá aprovechar la puerta que le ha abierto a Ayuso y hará política de cercanía en lugar de limitarse a buenos discursos parlamentarios. En la entrevista que publicó El Mundo ayer se le ve excesivamente sobrado y más centrado en atacar que en ofrecer. Pedro Sánchez está más que tocado, y la incógnita está en saber si será capaz de remontar como en otras ocasiones o el declive es irremediable.

Sólo quedan un par de certezas: Cs no levanta cabeza y Podemos difícilmente saldrá adelante si Yolanda Díaz no se impone al trío Montero, Echenique y Monedero con Belarra en la secretaría general. Y otra más: Pedro Sánchez no ha reconducido el problema del independentismo catalán. Al contrario. Lo ha agravado más de lo que estaba.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios