LA actuación de Trump se ha movido entre la farsa - el personaje - y el drama - para la democracia-. ¿Qué se diría si esto pasara en Venezuela o Bolivia? Por mucho menos, Occidente reconoció en cascada un presidente títere como Guaidó y le montaron un golpe de estado a Evo Morales cuyo partido - el MAS- ha vuelto a ganar las elecciones.

Lo creemos lejano, pero el Trumpismo está más cerca de lo que parece. Aquí tuvimos la reacción de amplios sectores del PP y medios afines al conocer los resultados de las elecciones de 2004, tras los atentados del 11-M ¿Durante cuánto tiempo hablaron de conspiraciones y alianzas de aparatos del estado con el PSOE para derrotar a Rajoy? Casi como Trump.

Y, sobre el personaje, ¿cómo olvidar a Jesús Gil en Marbella y a su partido, que llegó a gobernar en La Línea y San Roque, con actuaciones que no distinguían entre negocios y administración pública? Gil no era muy distinto a Trump (televisión incluida) Y, más cerca aún, en El Puerto, hubo un partido -IP- y un alcalde Hernán Díaz (televisión incluida) - que también difuminaron mucho las fronteras entre los intereses públicos y los privados. Díaz fue inhabilitado y se libró de mayores condenas penales, cárcel quizás, por extraños pactos con fiscalía, eso sí, con reconocimiento del delito. Y ahora VOX.

No, no estamos vacunados contra personajes como Trump y fenómenos como el Trumpismo. Se sigue sin ofrecer soluciones a problemas de la gente como la situación de la sanidad, la pobreza energética, la desprotección contra el paro, los desahucios… Y la cultura y algunos medios siguen ofreciendo demasiados contenidos superficiales, llenos de contravalores éticos y culturales, y jaleando gentes parecidas a Trump que gritan y mienten pero nunca resuelven nada. Un caldo de cultivo perfecto.