Jerez íntimo

Marco Antonio Velo

marcoantoniovelo@gmail.com

Jerez: Veranos Nazarenos, Romero y Garrido

Interesante ponencia de Manuel Romero Bejarano en el patio de San Juan de Letrán.

Interesante ponencia de Manuel Romero Bejarano en el patio de San Juan de Letrán.

Alfa: La ciudad recompone ahora el ajetreo de hace apenas unas horas con el lento respirar de cierta calma chicha. Mientras anochece Jerez se va despojando de ruidos vespertinos. Las calles se desdoblan de andarines en contradanza. El verano adquiere entonces una serenidad de pasos perdidos. Y de identidad que se amansa en los claroscuros de la noche cuya inminencia jamás se abre paso a codazos. En dicha implosión de la otra luz -nueve y media en el reloj- asistí hace un par de martes a una nueva sesión del ciclo popularmente denominado ‘Veranos Nazarenos’: propuesta de sesgo cultural cuyo germen -según recordó Pepe Castaño en sus palabras de presentación del ponente Manolo Romero Bejarano- perseguía el claro objetivo de reunir a cofrades de todas las Hermandades de la ciudad -especialmente jóvenes- en torno a temáticas formativas de interés siempre al fresco de las noches veraniegas. La cultura jamás toma vacaciones. La cultura sigue viva Jerez intramuros a la hora de la blanca espuma de la ciudad sin mar. La cultura se duplica en potencialidad cuando es convocada “como una mano que por los cielos busca la misma vida”, por expresarlo con verso de Vicente Aleixandre.

Esta iniciativa -los Veranos Nazarenos- ha ido consagrándose con el paso de los años hasta convertirse en una cita referencial de entre las organizadas por la corporación que preside Froilán Solís. Hacía demasiado tiempo que no sentaba mis posaderas en el agradabilísimo patio de San Juan de Letrán. Saludé enseguida a cofrades como Joaquín Perea y señora, Juan Lupión Villar, Miguel Ángel Castaño… Hubo una época -cuando la agenda no constreñía con presión mi escaso tiempo libre- que frecuenté vez tras vez estas convivencias a la fresquita. La ponencia de Manolo Romero Bejarano -por interesantísima- no dejó indiferente a nadie. En razón a su amenidad se nos hizo cortísima a la concurrencia. Me agradó sobremanera, por ejemplo, la defensa que expuso a propósito del gran trabajo que demuestra la Hermandad del Perdón en cuanto a su evolución estética y asimismo al hilo del esfuerzo -a veces titánico- que sus cofrades han realizado -y aún permanecen al pie del cañon- en la conservación y mantenimiento de la Ermita de Guía.

Sesión de aprendizaje. Agradecida temperatura tanto ambiental como climatológica no para matar el tiempo, sino más bien para optimizarlo, hablando de cofradías. La luna reinaba en lo alto de nuestras miradas como una heredad de siglos de Historia.

Beta: Tras mi columna del pasado lunes han sido muchísimos los jerezanos que me han preguntado al respecto de la actual gerencia de los colegios de La Salle de la ciudad. Y el porqué de la desaparición ya de todas las comunidades de hermanos de las Escuelas Cristianas de Jerez. La respuesta a esta segunda pregunta concierne a una tendencia generalizada: la falta de vocaciones. Y a la elevada edad de los hermanos que aún han ejercían activos durante los últimos años. En cuanto a la primera, y para tampoco extendernos demasiado en consideraciones, digamos que los colegios continúan perteneciendo a La Salle del sector España-Portugal y que los equipos directivos suelen estar integrados por antiguos alumnos muy lasalianos. No se pierde, por consiguiente, el hilo directo con los hermanos pese a que la presencia física -el arrimo humano, el calor de la visibilidad personal a diario- sí desaparezca. Como popularizara el grupo musical de rock progresivo y sinfónico los ‘Módulos’ -y así titulara una de sus canciones más célebres-… ‘Todo tiene su fin’.

No han sido pocos los jerezanos que (me) han transmitido sus pareceres y narrado parte de sus recuerdos al abrigo de la educación que recibieron -ejemplarmente- por los hermanos de la Salle. La labor de La Salle en Jerez es digna de los mejores encomios. El conocido cofrade y publicista y académico Paco Garrido Arcas, sin ir más lejos ni falta que hace, califica la noticia como muy triste para Jerez –“todo lo que soy, poco o mucho, se lo debo a a los hermanos de La Salle”- y para todos cuantos fueron alumnos de esta entidad educativa de tan rotunda categoría y tradición. La Salle -en su testimonio de décadas a favor de Jerez- merece tres puntos suspensivos y no punto y final. Aquí han dejado huella. Profunda como un sueño ilustrado de rostros infantiles.

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