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YA sean prejuicios míos, llámenle intuición o mal pensado, pero cuando me enteré que el Barça de Laporta, dicho sea de paso asfixiado económicamente como está, anunció un acuerdo con la República Democrática del Congo por el cual ingresará en los próximos cuatro años unos cuarenta y cuatro millones de euros me dije "esto no me cuadra".
Seguro que el acuerdo es de lo más legal del mundo, pero nadie me podrá negar que, como dijo en su día Papuchi, ese acuerdo es "raro, raro, raro". Tan extraño me parece dicho acuerdo, aunque la pela es la pela, que se me vino a la cabeza Woddy Allen y algunas de sus películas, 'Bananas' o 'Toma el dinero y corre', por lo estrambótico e inesperado de dicho acuerdo entre el FC Barcelona y la RD del Congo.
Días después, Didier Budimbu, ministro de Deportes del país africano, aclaró algo más el acuerdo de patrocinio: "Si descubriéramos a Messi entre los 50 jóvenes congoleños que pronto se incorporarán al Barça, ¿qué dirías?". Ahí fue cuando me explotó la cabeza. El Congo es un país que está controlado económicamente por China, que tiene apariencia de democracia, pero que está en una guerra permanente interna contra grupos guerrilleros y con países limítrofes como Ruanda. Un país repleto de necesidades en infraestructuras de todo tipo, con altos niveles de pobreza y al mismo tiempo de corrupción, donde el ministro Budimbu en su argumentación justificativa llega a decir "10 millones de dólares (11 millones de euros anuales para el Barcelona) son una carretera de 4 o 5 km. ¿Deberíamos privarnos de entrenar jugadores por eso? Los países grandes lo hacen, como Costa de Marfil o Ruanda. ¿Por qué no nosotros, la República Democrática del Congo?".
Pasarán los cuatro años, los niños del Congo, vendrán a La Masía, saldrán en la prensa y si alguno sirve para ser futbolista profesional ya se encargará alguien de sacar tajada. Seguro estoy que para esos congoleños que se vengan a entrenar a España esta oportunidad será considerada como un milagro caído del cielo, aunque al final no triunfen. Las guerras se luchan en muchos frentes, uno de ellos es el propagandístico e insisto, ya sean prejuicios míos, intuición o mal pensado, todo esto me huele mal. En cualquier caso, Laporta vuelve a encontrar dinero tirando de sus palancas y al culé eso es lo único que le importa. Ahora, solo hace falta encontrar al nuevo Messi del Congo, mientras tanto veremos la publicidad de la República en la trasera de la camisetas del Barça y quien vaya al Nou Camp, ahora el Nou Spotify, podrá pasarse por una zona de 80 metros cuadrados para dejarse seducir por el país africano. Dicho sea de paso, el Ministerio de Asuntos Exteriores de España aconseja no visitar el Congo. Todo sea por el nuevo Messi.
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