Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

A ver si es que unos dicen lo que los otros piensan y no quieren decir. A ver si la historia de la democracia española ha sido el sueño de una ilusión, y lo que se ha vendido como éxito fue el subterfugio para seguir defendiendo lo que en otros países era delito.

Porque hay que aclarar que, sin duda, el discurso del PP hasta ahora ha sido constitucional, democrático, etc., sin duda y lo digo sin ironías, y seguro que así lo sigue pretendiendo. Pero quizá, como aquellos “pokemons” evolucionados, estemos viendo cómo la derecha sociológica, que no coincide con el ideario del partido sino que lo ha tenido como brazo ejecutor de sus ideales antidemocráticos y ultrarreacionarios, se está relanzando al ruedo ibérico sin complejos y, lo peor, encontrando en el PP a ese socio tonto que pone todo y que no podría hacer nada sin ella, es decir, fagocitado por su propio fantasma interior.

A mí no me gusta Sánchez, pero nada de lo que ha hecho es ajeno a lo que otros Presidentes hicieron, nada nuevo bajo el sol. Se puede discrepar de su gestión, pero eso del “sanchismo” es una pantomima que sólo puede creerse un memo o alguien que lo necesite, es una burda campaña de mercadotecnia. Rajoy, Zapatero, Aznar (motor inmóvil de nuestros males) y González son más criticables que un tipo que ha gobernado con brillos y sombras pero cuyo nombre no está ligado a tramas terroristas, policías patrióticas, corrupción estructural, privatizaciones sospechosas, mentiras criminales, etc.

Lo más triste es ver cómo esa gente que se define de centro, liberal, ha picado el anzuelo y está siendo acelerada por ultramontanos que usan la libertad para negársela a los demás en nombre de fantasías y creencias homologantes y excluyentes (fanatismo). La izquierda, al abandonar el racionalismo y creerse la ideología como fe, ha generado parte de este problema: la libertad de actuación y pensamiento ha de estar sometida a la Ley, ser tolerante es exigir, previo a toda creencia, el cumplimiento del derecho. Esto no se ha entendido, por ejemplo, con la inmigración, y bajo la idea de la multiculturalidad se ha amparado a los tradicionalismos ilegales (mujeres, niños, machismo, clasismo, racismo...) y en esa guetización se han crecido los antagonistas, inutilizada la razón sólo hay que elegir: ellos o nosotros.

Hay que ser un poco lela para pensar que Abascal se levanta por las mañanas y se dice a sí mismo: “Qué malote soy”, o “Soy un fascista”, o “Algún día seré responsable de un enfrentamiento civil”, su pensamiento es mucílago puro pero se considera normal, como usted, como Benito, o Francisco o Adolfo, el problema empieza cuando los otros no son “normales”, a ver si es usted un poco...

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios