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Provincia de Cádiz

Los detenidos tienen un amplio historial delictivo y un arsenal

  • Son responsables en Cádiz de un homicidio, dos en tentativa, varios de lesiones con armas y del robo en treinta casas, diez coches y varias escopetas · También acumulan violaciones y tráfico de drogas

Todos los fines de semana de este verano, los hermanastros Cristóbal Flores Arenas y Manuel Flores Valverde y los hermanos Fernando y Manuel Flores Nieto salían "de verbena" y de macabra caza nocturna. El primero, aprovechando un permiso penitenciario, previo paso por su casa en la barriada de Federico Mayo, en Jerez. El resto, a la salida de sus casas en la pedanía de El Portal. Y no se andaban por las ramas cuando se veían descubiertos. Aunque sus botines sólo fueran cuatro baratijas. Estos sólo eran la excusa para disparar sin contemplaciones sobre quien se les pusiera por delante. Y emprender una huida que estuvieron perfeccionando durante años. Los cuatro Flores hacían alarde de un absoluto desprecio por la vida humana. Así lo demuestra un amplio historial delictivo levantado a golpes desde los años 80: homicidios dolosos, violaciones, detenciones ilegales, tenencia ilícita de armas y explosivos, robos con violencia e intimidación, atentados contra agentes de la autoridad y narcotráfico, entre otros. Y, como no, la reciente escalada de delitos violentos que han perpetrado en la provincia de Cádiz, con el brutal asesinato de la joven Tamara Leyton en El Marquesado (Puerto Real), como culmen. En total, un homicidio, dos en grado de tentativa, el robo a treinta casas, la sustracción de una decena de coches y de una docena de armas largas.

Tras meses de hermetismo y después de un somero avance del golpe policial que acabó con la banda de los Flores en Alcalá de los Gazules, ayer la Guardia Civil y la Policía Nacional decidieron por fin dar detalles de la operación conjunta que llevó a Cristóbal al tanatorio, a Manuel, a los calabozos de la Comandancia de la Guardia Civil y a sus primos al hospital, antes de pasar hoy a disposición judicial. De todos esos sucesos y de su interrelación fue informando este periódico.

La Guardia Civil también decidió mostrar parte del amplio arsenal de armas de caza con las que los Flores sembraron el pánico en núcleos rurales y urbanizaciones, desde la Bahía de Cádiz hasta la de Algeciras y desde Puerto Real hasta la Sierra. Y con el que pusieron en jaque a decenas de agentes durante casi dos meses: tres escopetas de caza del calibre 12, una automática, otra paralela y una superpuesta con cañones recortados.

Así, el comunicado oficial relata que la noche del 13 al 14 de junio se produjo una tentativa de robo en una casa rural de El Berrueco. Al ser sorprendidos por sus habitantes, los delincuentes efectuaron varios disparos de escopeta hiriendo a un hombre. También recuerda que la madrugada del sábado día 5 de julio, se produjeron dos tiroteos en El Marquesado. El primero se saldó con el dueño de la casa herido de gravedad. El segundo, con la muerte de una joven y cuatro familiares heridos.

Testigos y víctimas hablaron de varios ladrones que, al verse descubiertos, abrieron fuego con escopetas de caza. En este punto es cuando la Policía y la Guardia Civil detectan concidencias y deciden coordinar actuaciones iniciando una operación conjunta de investigación entre los Grupos de la Unidad contra Delitos Violentos (Udev) de las Comisarías del Cuerpo Nacional de Policía de Cádiz y El Puerto y la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Cádiz. A partir de entonces, y durante las madrugadas de los fines de semana, se establecieron dispositivos en distintos puntos de la provincia.

El cruce de datos permitió dilucidar una serie de pautas repetitivas de actuación: siempre operaban durante los fines de semana, en localidades que se encontraran celebrando ferias y fiestas locales, y la franja horaria de actuación, que rondaría entre las 23:00 y las 02:00 horas, unas coincidencias que ya avanzó este periódico.

La utilización de vehículos que previamente habían sustraído en las fincas que asaltaban y la posterior recuperación de éstos (en ocasiones completamente calcinados), fueron cerrando el círculo para su localización en pedanías jerezanas. Un dispositivo de vigilancia en Jerez durante la madrugada del 8 de agosto, permitió detectar un Volkswagen Polo, sustraído la semana antes en un robo a finca en El Gastor, el cual salía de la zona sur de Jerez en dirección a Arcos.

Ese día, la Guardia Civil tenía un control establecido en la Sierra. Se produjo un tiroteo en el que resultó herido en la cabeza un guardia civil por disparo de escopeta. Los individuos, una vez se saltaron el repetido control, huyeron campo a través sin que pudieran ser localizados.

A partir de aquí, la versión oficial reproduce la relatada ayer por este periódico sobre el tiroteo registrado en el kilómetro 47 de la autovía A-381 Jerez-Los Barrios: localización de los delincuentes en el Campo de Gibraltar -concretamente en la Estación de San Roque, también en fiestas-, persecución hasta Alcalá de los Gazules a través de Los Alcornocales, encontronazo con el control conjunto de Policía y Guardia Civil, cruce de tiros, muerte de uno de los delincuentes, atropello accidental de un agente y posterior registro en un domicilio de Jerez, bajo una fuerte oposición vecinal a los antidisturbios.

Finalmente, la Dirección de la Policía y la Guardia Civil aseguran en el comunicado difundido ayer que las investigaciones continúan para el total esclarecimiento estos hechos, bajo el secreto de sumario.

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