Cofradías

Bendita misionera carmelitana

  • Nuestra Señora del Carmen Coronada llega a la parroquia de Las Viñas en una misión que durará una semana

La Virgen del Carmen pasando por la fuente del monumento de las Cofradías.

La Virgen del Carmen pasando por la fuente del monumento de las Cofradías. / Miguel Ángel González (Jerez)

A las cinco de la tarde las campanas de la basílica del Carmen repicaban con fuerza. Era la hora prevista para la salida de la Santísima Virgen del Carmen Coronada que se trasladaba hasta la parroquia de Las Viñas para llevar a cabo una misión evangélica con visitas a enfermos, asistencia a los fieles y celebraciones litúrgicas. Una obra que se iniciaba y que tendrá su momento álgido en el año 2025 coincidiendo con el centenario de su Coronación Canónica.

La campana del tintinábulo y el conopeo abrían el camino a la Santísima Virgen. Sin cortejo para que todos los devotos y Jerez pudiera disfrutar de su belleza serena. La Virgen iba maravillosa. Con su corona de camarín y su escapulario en la mano. Destacar que llevaba una mantilla confeccionada por una tía del conocido padre Antonio, carmelita conocido en la ciudad que ya goza de estar junto al bendito rostro de su Virgen del Carmen.  Sonaba con fuerza la banda de la Asociación Musical ‘Maestro Agripino Lozano’ que interpretaba ‘Reina del Carmelo’ de don Germán Álvarez Beigbeder, quien también fuera un gran devoto de la Santísima Virgen.

Muchos devotos acompañaban tras la parihuela que sostenía a la imagen que iba portada por hermanos y por todos aquellos que quisieron poner el hombro. Lucía la peana donde iba la Virgen del Carmen de la parroquia de Las Viñas y dos guardabrisas delanteros del paso de misterio del Señor del Consuelo de la hermandad del Transporte. Todo puesto con mucho mimo y sentido.

Conforme el paso avanzaba a buen ritmo —era un traslado más que una procesión—, el público se iba agolpando a los pies de la Señora del Carmen. Hasta llegar a Cristina donde se hizo una entrada en Santo Domingo para poner frente a frente a tres grandes devociones marianas de la ciudad: la Virgen de Consolación, la Virgen del Rocío y la Virgen del Rosario.

El espíritu carmelitano fue así ofreciendo bendiciones por las calles de Jerez. Su parada en San Juan de Letrán, donde se unían dos fuertes e históricas devociones con Jesús Nazareno y el Carmen, o el saludo a la comunidad capuchina en Divina Pastora.

En la plaza de toros, la familia taurina hacía su ofrenda a la Santísima Virgen y en la parroquia de Fátima también el saludo a toda la feligresía.

Nuestra Señora del Carmen prosiguió con su traslado hasta llegar al barrio de Las Viñas donde esperaban sus vecinos que tendrán durante una semana el cobijo de la Señora del Carmen amén de las grandes devociones marianas de este barrio que se centran en Las Viñas y la Concepción.

Y así, con la música y la elegancia que siempre acostumbra este espíritu carmelita, llegó la bendita misionera. Reina de los Cielos y Reina del corazón de muchos jerezanos. Desde el cielo azul de la tarde, un devoto del Carmen miraba con alegría viendo cómo su Virgen sigue conquistando corazones. Era Carlos Otero que se nos fue hace muy poco tiempo pero que, no por ello, Jerez ha dejado de saber que él siempre estará junto a su Virgen del Carmen. Muchos, ayer por la tarde, nos acordamos del bueno del tío Carlos. In memorian.

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