Diario de Pasión

Vegazo, ahora me toca a mí

HACE muy pocas horas pensaba nuevamente en Pepe Vegazo. Pensaba en él, en nuestras largas tertulias sobre pregones de la Semana Santa, en tantos recuerdos que tuvimos en una época donde era frecuente que nos viéramos por la plaza Rafael Rivero. Eran otras épocas, siempre digo lo mismo. Igual soy yo quien se hace viejo y siempre mira con nostalgia el pasado. A ese pasado que me habla de un joven que esperaba con ansia que llegara el campamento cofrade. Ese ayer que siempre recordaré releyendo los versos de Cosano, Zarzana, Antonio y tantos y tantos otros mientras la tibia brisa del estío dibujaba improvisados rompeolas en las cortinas de mi cuarto. Eran tiempos en los que nos sabíamos de memoria los versos que uno y otro les dedicaban a nuestras imágenes titulares. Veranos de alfas y omegas, de caras del color de la aceituna, de talles nacarados, de pieles que huelen a miel templada, de duquelas y de gubias y formones...

Pepe tiene 35 años y ha dado el pregón de la Semana Santa de Jerez 2016. Y como reza en el título de este artículo "Vegazo, ahora me toca a mí", pues ahora me toca, efectivamente, contarte y contarle a los lectores por qué dentro de varias décadas (ponle 2, antes de que andemos torpes, yo ya lo andaré) tendrás que volver a subirte al atril de este Villamarta que ya te pertenece por méritos propios. ¡Te lo ganaste, amigo! Yo he padecido -con sumo gusto sea dicho de paso- las bienintencionadas pretensiones de D.José de que un servidor volviera a dar el pregón. Por este motivo, escribió el artículo "El pregón de Antonio Moure" publicado en La Voz en julio de 2009. Un artículo que siempre tomé -te lo confieso hoy- como otra prueba más de tu amistad, de tu cariño pero no como algo que, realmente, pudiera suceder. Pero, mira por dónde que 6 años después de aquello, zas, en toda la boca y er Moure en el Villamarta y callando que es gerundio. Tú, encantado, me consta y yo preguntándome: "si lo tenías claro, Antonio ¿cómo ha podido pasar?" Pues las cosas de Dios que son las de sus cofradías. En fin. Pues a lo que iba. Primer argumento querido Pepe. Donde las dan las toman. Así que quién pide no puede negarse ahora a que le pidan. Simple coherencia que, por cierto, a ti te sobra. Por eso, Vegazo, te espero una segunda vez en Villamarta. Y te espero, he aquí el segundo argumento, no sólo por este entrañable ojo por ojo y diente por diente pregonero sino porque como ya escribiste en otro artículo -te emulo y plagio de nuevo-, queda por conocer a ese Pepe casado y padre de familia que tanto bueno ofrecerá a sus hijos, estoy seguro. Ahora falta que nos emocionemos desde la quietud de los años, de los paisajes y las miradas que se acercan al final de las cosas con ese Pepe que en la senectud sea capaz de poner la rúbrica al libro de su vida y su ser cofrade. Y eso, estarás conmigo, tiene para otro pregón genial. Un pregón, esta vez, por qué no, de nanas, sonajeros y estrellas; de un sí quiero junto al Arcángel o junto a esa tu Paz de ojos verdes o al abrigo de esa Soledad que tanto nos acompaña en nuestras vidas. No se, un pregón de esa otra media naranja que sólo el paso del tiempo irá dibujando y que será como poco igual o más intensa que la primera.

Lo vivido este pasado Domingo de Pasión ha sido muy grande. Todo eso y nada más que eso. Quién no lo vivió in situ, poco podrá decir. Emoción a raudales, sinceridad a espuertas, vivencias a mansalva, divertido como pocos pese a pregonarse algo tan doliente como la muerte de Cristo y con una verdad, la tuya, intachable. Como escuché decir a alguien..."Ha sido el pregón de Vegazo". No engañaste a nadie ni, por supuesto, a ti mismo.

Mi más sincera enhorabuena. Contigo, estos 16 años que pasaron del siglo XXI ya tienen a su pregonero de cámara. Hace unos años hubo un anuncio de Mercedes que decía que en toda lista siempre hay un primero. Pues Pepe, tu mismo.

Eso no quita, ni de coña, que te espero una segunda vez en Villamarta. Ea, ahí la llevas amigo.

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