En 2039 la ciudad corre serio riesgo de disparar los sonómetros por los altos índices de ruido y precisará de políticas que combatan los efectos nocivos de la contaminación acústica.

Los aviones, enteros o por partes, que se venden desde Sevilla al resto del planeta marcan el paso.
Si sube la aeronáutica, ascienden las exportaciones. Si baja, son malas noticias.

Se prevé que en el futuro se hagan trasplantes de órganos generados desde células del paciente.

Más pronto que tarde Sevilla debe poner fin a su carencia histórica de eficaces transportes públicos y tener de una vez buenas conexiones ferroviarias con otras provincias andaluzas.

La conciencia de que hay que adelgazar la Administración aleja la idea de un gobierno para el área metropolitana, que afronta su tercera ola de expansión.