En la apertura del curso. Continúa siendo una asignatura pendiente recuperar el proyecto inicial como centro de interpretación arqueológica, en lugar de convertirse en una cafetería.

El cabezo de la calle Aragón queda ahora desnudo ante nuestra mirada, arriba es la atalaya del castillo de la ciudad.

Constituyó el acto central de los Congresos Marianos Internacionales, con la presencia del legado de San Juan Pablo II, el papa que se arrodilla al año siguiente ante nuestra Patrona.

Un triste olvido. Tomás Domínguez Ortiz estuvo al frente del Puerto en tiempos claves para darle estabilidad, mejorar su situación económica y que pudiera concluirse el Muelle de Levante.

La capilla cumple cien años, diseñada por el arquitecto José María Pérez Carasa. El azulejo reproduce al mismo tamaño la pintura mural de la Patrona y se realizó en Bélgica.

Este año la Patrona volverá a llegar por el camino tradicional, ahora un acceso peatonal hacia el mirador. Desde el centro de la ciudad se llegaba siempre al santuario por la barriada de Las Colonias.

Lo que ahora se propone de una piscina que se une a la lámina de agua de la Ría dentro en las nuevas instalaciones, recuerda a los baños del siglo XIX.

La Patrona de Huelva vuelve a salir como lo hiciera siempre, hasta que se realiza la capilla exposición en 1967, por la puerta principal de su santuario una vez remozado todo su mirador.

Un tesoro del verano. No se prodigaban entonces las fotografías como ahora que se hacen cientos con el móvil, así que se guardaban como un recuerdo entrañable de días inolvidables.

Lo más tradicional. Todavía se ven en algunas ventanas de casas o en las barras de los bares un buen botijo con agua fresca, una forma de pasar estos días agotadores de tantísima calor.