Muchos siguen reconociéndolo como el redactor hippie de Periodistas, Chuski, un papel que le lanzó a la fama y con el que obtuvo incluso el reconocimiento de la Unión de Actores. Desde entonces poco o nada se ha sabido de su vida, aunque Telecinco lo ha recuperado para dos de sus series, Homicidios, que concluye hoyy Rocío Dúrcal. Demuestra su versatilidad interpretando a un loco asesino en la primera y al confidente gay de la cantante, en la segunda.

-¿Cómo se puede cambiar tan rápido el chip para interpretar registros tan diferentes?

-Pues la verdad es que fue algo tremendo. Llevaba años retirado de la actuación y me ofrecieron el papel en la serie sobre Rocío Dúrcal y, a los pocos días, el de Antonio López en Homicidios. Me cagué de miedo. En principio el papel de la serie sobre Marieta no iba a ser tan relevante, pero el equipo de guionistas le dio un giro y lo convirtió en un amigo gay de Junior, el confidente de Rocío, un personaje muy divertido que me permitía volver a la comedia de una forma cómoda. Pero es que al mismo tiempo me ofrecieron lo de Homicidios. El papel de Antonio López, en principio, estaba pensado como algo puntual para un capítulo, aunque cuando me dijeron que tendría continuidad no quise saber más. Sabía que tendría que darlo todo. Nunca había interpretado a un tipo tan bestia.

-¿Tanto como para haberle dejado huella?

-Siempre había pensado que los actores que dicen que se contagian de los problemas de su personaje eran unos exagerados, pero algo de verdad tiene. Cuando salía de grabar me sentía cabreado con el mundo y no sabía qué me pasaba. Yo creo que se me quedaba un poco la mala leche del personaje.

-Hay foros que aseguran que su personaje no está muerto y que volverá a aparecer.

-Es verdad. En Twitter van diciendo que no me han matado, que es una estrategia de El Cazador, pero puedo decir rotundo que Antonio López no volverá a aparecer más. Es que la gente es muy sádica...

-En esta nueva etapa como actor ¿Con qué papel se siente más cómodo?

-Volver a la televisión en una serie como Homicidios ha sido un regalazo. Para cualquier actor, meterse en un papel como el de Antonio López es un regalo; es un personaje muy completo y que te llena más, aunque he de reconocer que me siento muy a gusto haciendo comedia y el papel de Gerardo es menos comprometido y más abierto a la improvisación. No podría quedarme sólo con uno, me quedaría con los dos.

-Hablemos de sus orígenes. ¿Qué supuso para usted el personaje de Chuski en Periodistas?

-Todo. No sólo la gente que me reconoce por la calle me sigue llamando así, también mi familia me llama cariñosamente Chus. Es un personaje al que quiero con locura y me sigue gustando que la gente se acuerde de él cuando me reconoce. Meterme en la piel de Chuski fue el gran regalo de mi vida, fue la primera incursión en la tele con un personaje fijo.

-Han pasado casi diez años de aquello. ¿Ha notado mucho el cambio cuando ha vuelto a la tele?

-Y tanto. Periodistas y Médico de Familia fueron las primeras series con un toque americano; hasta entonces las series de televisión eran más teatrales. Creo que parte de este cambio fue marcado por Dani Écija. Además, antes, con Periodistas te veían cinco millones de personas, algo que resulta imposible a día de hoy. En la actualidad hay una oferta más amplia, pero también existe más riesgo de meter la pata porque la calidad ha empeorado. Con tantos canales y con las posibilidades que te ofrece internet, al público de hoy no se le engaña fácilmente; es más exigente.

-¿Volveremos a verle en otras series de televisión?

-Seguramente sí. Y muy pronto. Pero no te puedo adelantar nada. No tengo prisas por volver porque en mi primera etapa quedé saturado y no quiero que vuelva a pasar.