Toros

Pepe Titi, el último mohicano

  • "Solo voy a un sitio, donde pueda ver a mi amigo Domingo Turri", dice el último de una saga de especiales

José Pérez Escribano se asoma hoy a esta página de amplio espectro taurino porque puede que sea el último de una saga de paisanos nuestros, alegres, románticos e imaginativos, especiales de 'nativitate'.

Vino al mundo en la Villa Vieja en 1946 en el patio de Esteban, donde estaba la única tienda de comestibles. Casado, sin hijos, y me aclara: "Que yo sepa, no me vaya a pasar como a Jaime Ostos que le salen hijos por todas partes". Su padre, de la empresa Soto-Casero, también taurina, lo llevaba con seis años a la Perseverancia. "Pero cuando de verdad me hice aficionado y 'currista' fue a los 28 años: "¡Oye, que estuve en 1969 en la inauguración de Las Palomas!".

"Soy currista porque mi querido 'hermano' Juan Luis Muñoz, que, además era sabio, con su torero de ensueño me abrieron las puertas del 'convento' donde profesamos y juramos esa religión". "Durante sus 67 años no he hecho mas que trabajar", dice y con guasa, apostilla: "Mira, hice el 'master' en televisores y radiotransmisores en Ceuta".

Trabajó en los almacenes de coloniales de Aurelio López Cuevas. Se las vio con Ruiz Mateos, en Hispano Alemana de Construcciones. Madrid fue su aula en la vida profesional, donde compartió profunda amistad con Antonio Peña Malpartida.

De personalidad abierta, comedido y cortés; pero cuando se tercia, apunta con certera gracia alguna de sus historias 'verídicas'. Nuestro personaje nació para la 'comunicación', en esa rama es un maestro. Su arma favorita la palabra y con absoluta naturalidad y desparpajo en la barra de un bar es capaz de venderte la Giralda de Sevilla como la cosa más natural del mundo.

No es ajeno a la prensa escrita pero fue la Radio con el programa Ente el Poniente y el Levante quien lo elevó a la popularidad. Ahora, le pega media verónica a nuestra charla y me dice: "Mira, aquí todos ponían nombres asiáticos a sus tiendas, Tokio, Hong Kong, etc. Yo decidí ponerle a la mía 'Candy' que es el puerto más importante de Ceylán", y apostilla: "Con todas las cosas que he hecho en mi vida, ¡sigo tieso!". Su penúltima 'travesura' fue el pasado 28 de diciembre, a bombo y platillo en Televisión Algeciras presentaba su "Cooperativa Funeraria La Esperanza de Vivir". Mostró catálogos de sus revolucionarios ataúdes y entierros y mil detalles puntuales, hasta que todos cayeron que era el día de los inocentes.

Echa de menos a sus amigos, él dice que "se los han llevado el colesterol y el azúcar". Sus recuerdos siempre aterrizan en casa Calderón de la calle Sevilla, El Centenario de Juanito Álvarez. "Era el que mejor hacía los caracoles; pero su ensaladilla rusa no llevaba mas que papa y 'bayonesa'".

Se pone serio cuando recuerda a Antonio Calderón 'Tolín', a Juan Luis Muñoz Alonso, su hermano en mil batallas: "Fíjate que había caravanas de algecireños a su bar de Tarifa El Ombligo".

José Díaz González Pepe Rebolo fue otro de los personajes irrepetibles de aquella troupe con pura gracia e impronta algecireña, Gerónimo Marcos Marcos el practicante. "Mira, Rebolo, de bueno que era, en realidad era ingenuo; se lo creía todo, se me ocurrió, junto con otros locos como yo, el día de los Inocentes, tapiarle la puerta de su bar. Pero cuando llegó Rebolo con la compra del día, Manolito, su empleado, ya había deshecho la obra y no vio nada, sospechaba algo ya que dentro del bar estábamos la plebe de la obra. Manolito, por lo bajini le dijo con tiento a su jefe lo que habíamos hecho con la puerta de su bar. La reacción de Rebolo fue espectacular, no fue de cabreo, se tiro al suelo de risa".

Le pregunto por aquella corrida suya de toros que revolucionó al personal que apareció en la revista de la Feria Real de los noventa, como su presentación de matador de toros en Algeciras, apoderado Rebolo y mozo de espadas Juan Luis Muñoz el de Tarifa. Él, me guiña -"Mira Crescencio de eso sabes tu más que yo… ¡Hay que ver en el lío que me metiste, se creyeron aquella 'papa'…! ¡Crónica de un glorioso Descalabro!! Ya ves, El Soro y Pepe Titi los dos únicos sobrevivientes de dos corridas, la del 26 de septiembre de 1984 en Pozoblanco, auténtica tragedia y de la mía -se ríe- también sólo quedo yo, porque del ganadero aquel japonés 'Nikitanipongo' no sé nada, uno, con guasa, me dijo que desde aquel día puso una tienda de 'todo a cien' en Ubrique".

¿Qué te pasó en 2004 con un entierro? "Mira, me estaba duchando cuando me llama Pedrito, y me dice que Pepe Vallecillo, nuestro gran amigo y periodista que hacía tiempo estaba muy malito, había fallecido. Triste, fui al sepelio, en la Bajadilla, allí me encontré a Pepe Gázquez: "Pepe aquí se ha vendido poco papel" Vamos, que no había familiares ni a del juzgado ni de Europa Sur. Llevé a hombros el féretro de mi amigo Pepe Vallecillo. Pero cual no sería mi asombro unos días después, que al pasar por la cafetería Cabsys, allí estaba Pepe Vallecillo Ruiz, el difunto. Con guasa con el dedito así, me llamó y me dijo: "Pepe Titi, se por Pepe Gázquez que estuvisteis en mi entierro". Mira, me quedé blanco como la pared, por poco el que se muere soy yo .Y es que el fallecido fue otro Pepe Vallecillo y no mi amigo José Vallecillo Ruiz. Y, de política como andas, le pregunto: "¡Peor que de rodillas; pero cubierto!". Y me añade: "mira, políticamente estamos en las 3D, desilusionados, desencantados y decepcionados". Pero sé que su alma es y ha sido siempre blanca y verde. Se reafirma en ello y dice que ha llegado el momento de reivindicar Andalucía. Pepe Titi, te veo deambular demasiado solo ¿Con quién hablas ahora?, ¿Dónde te refugias?: "Mira se me han ido muchos amigos del alma y también mis rompeolas… Casa Calderón, El Centenario, La oropéndola, Rebolo". Con su última respuesta a nuestra charla, al final comprendí su personalidad, su vida. "Solo voy a un sitio, donde pueda estar y ver a mi amigo Domingo Turri".

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