Inspiración blanca y azul
0 Faltas recibidas 11 Faltas cometidas 24 tiros a puerta 33 asistencias 2
Kaká fue de los mejores de un cuadro blanco sin brillo pero con pegada galáctica y la grada abroncó a Pellegrini por su cambio · El 'mago' azulino, por encima del resto
Kaká y Viqueira. Viqueira y Kaká. Uno juega en el Real Madrid y le costó a Florentino Pérez el verano pasado la friolera de 65 millones de euros. El otro es gallego, juega en el Xerez y perdió dinero en el Levante para volver a un equipo en el que se siente como en casa.
Ayer en el Santiago Bernabéu los dos se convirtieron en dos de los futbolistas más destacados para sus equipos. El brasileño es magia pura y, sin el lesionado Xabi Alonso sobre el césped, le tocó tirar de manual para hacer jugar al resto de sus compañeros. Sus genialidades y su inspiración fueron suficientes para hacer 'carburar' a una máquina que no hace buen fútbol y que no brilla pero a la que tampoco le hace falta más porque tiene una pegada de lo más impresionante.
Sus pases entre líneas, a una velocidad de vértigo, y su visión le llevaron a ganarse los aplausos de una grada que pitó a Manuel Pellegrini cuando en el minuto 69 decidió mandarle a la ducha para dar entrada a Guti. El chileno ya sabe que Kaká no es sólo una de las debilidades de Florentino Pérez, su principal valedor, también de una afición que le adora por su juego y por su forma de ser, totalmente apartada de la de otros 'galácticos' de la plantilla.
Con Viqueira, Moreno y Bergantiños siempre pendientes de él, a los seis minutos apareció por primera vez y estuvo a punto de marcar pero Renan lo impidió. A la media hora, repitió disparo pero otra vez su compatriota le dejó sin la recompensa del gol. Aún no ha marcado con su nuevo equipo pero ni se inmuta. El colectivo es para él lo importante.
Se movió por la derecha, por el centro, por la izquierda... A él le da lo mismo, lo hace igual por todos lados. Siguió a su 'bola', siempre pendiente de la línea de pase, buscando los demarques de sus compañeros. La guinda al pastel la puso con una pared con Cristiano Ronaldo al alcance de unos pocos privilegiados...
Y si Kaká fue la inspiración blanca, la azulina fue Viqueira. El gallego siempre muestra su calidad pero en encuentros como el de ayer se nota más.
Para él, a estas alturas de su carrera, jugar en el Bernabéu ya no es nada especial porque lo ha hecho en más de una ocasión, ha ganado e incluso ha celebrado un gol de falta directa en un jornada que nunca olvidará por las connotaciones especiales del partido.
Y si con el Recre le marcó un 'chicharito' a Casillas, ayer también estuvo a punto de hacérselo pero el larguero se convirtió en su peor enemigo. Sacó una falta en la frontal a los diez minutos y el balón pegó en la madera. Hubiese sido el 1-1.
Los hay que critican duro su juego porque dicen que es lento pero sus pases, sobre todos los interiores, y su visión son tan superiores que dan ventaja a sus compañeros.
El gallego siempre se ofreció, recuperó hasta una docena de balones y en más de una oportunidad hasta acudió a la banda para ayudar a tapar a Cristiano Ronaldo, el otro gran protagonista de la noche con sus dos goles.
Las comparaciones son odiosas pero ayer en Madrid, pese a la goleada de los blancos, Viqueira estuvo a la altura de Kaká...
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