Por fin. Después de once derrotas consecutivas, el Xerez se estrenó con Higuera en la banda -Paquete estaba sancionado y no pudo sentarse en el banquillo- y aviva la llamita de esperanza que le mantiene en la pelea por la permanencia en la categoría, salvación que todavía sigue complicadísima aunque aún hay vida, y mientras hay vida, hay esperanza. Y la victoria, primera de Higuera y del puñado de juveniles que pelean por el escudo y la camiseta, tuvo tintes poco menos que épicos tras la expulsión de Jairo -el árbitro le oyó amenazar a un rival- en el minuto 88 con los cambios agotados. Jesús se puso los guantes y el equipo peleó los seis minutos de descuento como hasta entonces, como gato panza arriba, y con el pitido final la grada, tras premiar a los jugadores con aplausos, estalló en un 'Sí, se puede' que es el clavo ardiendo al que se agarra el xerecismo. Mientras hay vida, hay esperanza.

La primera victoria del Xerez desde el 0-1 en Lebrija, triunfo que puso fin a la racha de 18 partidos sin conocer la victoria, no permite al Deportivo soltar el farolillo rojo pero le deja a dos puntos del Pozoblanco -el próximo rival en la nueva final el domingo en Guadalcacín- y a seis de La Palma, que marca la permanencia y que el domingo recibe a la Lebrijana, y a siete del Arcos.

Y eso que el partido arrancó complicado, con el Cabecense -que se jugaba colocarse quinto- mejor plantado de inicio; el Xerez, con tres centrales e Ismael y Beato en los carriles, abusó del pelotazo y no fue capaz de bajar el balón al suelo, obligando a Luis Fernando a un sobre esfuerzo sin recompensa. A poco que avanzó el partido, los rojinegros manejaron la situación, con Noé y Jesús Mari haciendo jugar a los suyos y buscando a un Adrián Martín que comenzó en la banda derecha para luego quedar con libertad de movimientos por el centro. Un sombrero del exxerecista a un azulino obligó a emplearse a fondo para taponar el remate a Jairo, que a la media hora volvió a brillar lanzándose a los pies de Reguera, que se colaba solo.

El Deportivo perdía el balón rápidamente incapaz de triangular, y sólo los envíos en largo de Beato -un derroche el suyo ayer- creaban inquietud -que no problemas- a los rojinegros. Un derechazo de Adrián Martín desde fuera del área fue el canto del cisne del Cabecense y la primera mitad acabó con una prolongación de Jesús peinando el balón a la que no llegó Javi.

Pero la segunda mitad fue otra historia pese al tremendo calor, y a ello contribuyó la entrada de Alberto en las filas azulinas, al que a los diez minutos se uniría Rubén. Entre ambos dieron otro aire al Xerez, sobre todo en ataque, porque el ex del Nueva Jarilla bajó el balón al suelo, casi nunca lo rifó y siempre trató de jugarlo con criterio. Entonces aparecieron los apoyos, Luis Fernando tuvo más compañía y ya aparecían Capi y Jesús para asociarse.

Una apertura de Alberto a la izquierda permitió a Beato probar su zurda, despejando Iván a córner. El Cabecense lo intentó con una diagonal de Gabriel hasta Jairo, que tapó los huecos despejando a córner. El paso adelante del Xerez cogió a contrapié al Cabecense, que no supo reaccionar y perdió el mando del encuentro, que por unos minutos se trabó con acumulación de faltas y pelotazos defensivos.

Beato volvió a intentarlo con un zurdazo al lateral de la red y Capi, desde la frontal del área, disparó alto con todo a favor. Diego Román, entrenador del Cabecense, no lo veía nada claro e hizo un doble cambio, relevando a los atacantes, pero los sustitutos no mejoraron a los sustituidos.

Y además, el Xerez encontró premio a su fe: Luis Alberto ganó uno de tantos pelotazos orientados, aguantó y esperó compañía, hizo la pared con Capi y centró desde la banda derecha al área, donde Capi remató con todo pero Iván se sacó de encima el balón, que cazó Rubén para mandarlo al fondo de las redes. Para frotarse los ojos: el Xerez por delante en el marcador...

Y pudo ser mejor, porque seis minutos después Luis Fernando habilitó a Rubén, que en el mano a mano con Iván no ajustó el disparo y el balón se perdió lamiendo el palo. El Cabecense tocó a rebato, volcando balones a balón parado y en saques de banda hasta que el árbitro oyó decir algo a Jairo y le enseñó la roja directa. Era el minuto 88 con el juego parado por el cambio de Gonzalo por Luis Fernando, tercera sustitución de Higuera. Jesús, desfondado físicamente, pidió los guantes y se puso bajo palos para defender la portería los seis minutos de descuento que quedaban. Curiosamente, no tuvo que intervenir salvo para sacar de puerta porque el Cabecense había perdido el rumbo mucho antes y porque el Xerez supo esconder el balón, provocando dos saques de esquina y una falta consecutivos en área rival. La incertidumbre y el agobio acabaron con el pitido final, certificando la victoria mucho tiempo después y alimentando el sueño de la salvación, que ahora pasa por ganar el domingo al Pozoblanco en Guadalcacín. Otra final. Otra más.