Joaquín Morales relataba ayer con entusiasmo la venta del Xerez a la empresa Energy Sports Atlantic. El nazareno afirmó que "hemos tenido que renunciar a muchísimas cosas pero era la única salida para que en el club entre aire fresco, se pueda salvar la categoría y firmar el convenio, que ahora mismo es lo que importa".

"He hecho un esfuerzo y me he sacrificado, por el bien de la entidad, pero bueno, sé que nunca me lo van a agradecer", agregó.

El expresidente mostró su plena confianza en los compradores. "Esta gente no es de mentira, son personas que vienen con mucha ilusión y me quedo satisfecho por habérselo vendido a ellos. He esperado mucho pero al final estoy contento".

"Son personas solventes, que vienen a jugarse su dinero y sé que van a cumplir. Quizás no haya gente super rica, pero saben lo que quieren", apuntó.

Tras consumar la venta, Morales aprovechó para analizar la actualidad del club. Sobre las cuentas indicó que "ni siquiera cuando lo están llevando los especialistas se aligeran los números. Para que vean que no es tan fácil. Los números me parecen una barbaridad, pero también comprendo que en el fútbol es muy difícil generar dinero. Ellos lo hacen con la mejor intención, pero ahí están los números".

Lamentó que en el club "todavía haya esos sueldazos, tanto en la plantilla como en las oficinas, y lo digo porque las cosas ya no son como antes. A lo mejor hace unos años era comprensible, pero ahora no y menos en concurso".

Tampoco pasó por alto el trabajo de Emilio Viqueira al que calificó con "un suspenso en mayúsculas porque no se han hecho las cosas bien, no ha estado acertado. No se puede fichar a amigos y a amigos y eso es lo que ha hecho Viqueira. Eso está ahí y es la verdad, lo que pasa es que nadie lo dice, pero yo sí".