Una despedida muy digna

Han tenido que pasar 41 jornadas para ver que Javi López hace uso de la psicología en algunas de sus decisiones. Y por eso ayer fue titular Redondo, que posiblemente se despedía de la afición azulina tras cuatro temporadas defendiendo estos colores.

Como ha sucedido a lo largo de la presente campaña, el sevillano cumplió y demostró que está capacitado para seguir rindiendo a un nivel más que digno, pero el hecho de haber nacido allá por el año 77 corre en su contra, por más que haya ofrecido una mejor hoja de servicio que Edu Moya, uno que no tendrá la posibilidad de despedirse.

También le facilitó las cosas Paco Herrera situando en su banda a Roberto Lago, un lateral reconvertido a extremo que no le afeó su presunto último partido como xerecista. Sólo algún centro de un jugador poco habituado a ello y que contaba con poco apoyo de sus compañeros.

Redondo llegó al Xerez por la puerta de atrás, en el mercado de enero de la temporada de la milagrosa permanencia de Esteban Vigo y se marcha siendo un jugador querido y valorado por la afición. Quizá nunca ha sido un titular indiscutible, pero siempre ha cumplido con profesionalidad, incluso en Primera.

Formado en las categorías inferiores del Betis, fue en el Elche donde empezó a destacar para tocar techo en un emergente Sevilla de Caparrós. Los sevillistas fichaban entonces a un tal Daniel, brasileño de nacimiento, que jugaba en su misma posición, pero que era un coladero en defensa. La afición hispalense y buena parte de los medios pedían que fuera Redondo el titular, pero Caparrós confió en el extranjero y con el paso de los años terminaría siendo un tal Dani Alves...

Ahora tiene complicado continuar porque Viqueira, no sin razón, quiere rejuvenecer la plantilla, pero debe estar listo a la hora de encontrarle un sustituto tras el fallido intento de Moya. Cristóbal, del Lugo, es un jugador del que hablan bien en los corrillos futbolísticos, pero también tiene 30 años y ninguna experiencia en el fútbol de alta competición.

El de ayer fue un partido que resume el paso de Redondo del Xerez, con una actuación digna, con alguna subida interesante, con mucho oficio para defender su parcela... y con alguna advertencia del árbitro por ese juego subterráneo que siempre dominan los veteranos. Al final, ovación de una afición que reconoce su aportación en estos años. Ahora hay que esperar lo que decida Viqueira porque quizá no esté todo perdido.