El “falseo” de los datos de las campañas de vacunación para la gripe en los últimos seis años ha llegado este jueves a la sesión de control al Gobierno en el Parlamento. Ha sido en el intercambio quincenal entre Juanma Moreno y Susana Díaz, cuando el presidente de la Junta desveló un correo electrónico en el cual se alude a una “decisión política” para incrementar la tasa de cobertura de la vacuna de la gripe en un 10%, tal y como denunció Elías Bendodo, consejero de Presidencia y portavoz, el pasado martes tras el Consejo de Gobierno.

En el PSOE niegan la acusación y esgrimen que, cada año, se distribuían más de 1,2 millones de dosis que no están registradas en Diraya, el sistema donde los centros de salud vuelcan las vacunas que administran durante las campañas.

La comunicación interna data del pasado marzo. En la misiva, el jefe del servicio de Prevención da cuenta al director general de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica del cierre de la campaña de vacunación de la gripe 2018-2019. El jefe de servicio explica a su nuevo jefe –José María de Torre fue nombrado el 5 de febrero– que “hay que decidir” si, en los datos que se envían al Ministerio de Sanidad se incrementaría en diez puntos la tasa real de vacunación para los mayores de 65 años.

El alto funcionario apunta que la tasa real está en el 49,09%, según el registro del sistema Diraya, aunque matiza que esa adición de 10 puntos porcentuales busca paliar “un posible infraregistro”. En su comunicación, menciona también una web donde se realiza “un seguimiento estadístico” de la campaña que sitúa a Andalucía en una cobertura “del 60%”, similar a la que resulta del dato registrado y el polémico 10% adicional.

A partir de este correo electrónico, Moreno ha responsabilizado a Susana Díaz de falsear estos datos, aunque reconoció que no era presidenta cuando, según el Gobierno, comenzó este maquillaje sistemático de la cobertura de vacunación de la gripe. El consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre, reveló después que, tras consultar las fechas, sitúan el comienzo de esta práctica en la campaña 2012-2013, en la última etapa de María Jesús Montero como titular de Salud.

La propia Díaz, además de acusar a Moreno de “difamar” al PSOE, ha contraatacado durante el debate con otras cifras. La tesis de la socialista consiste en que existe otro registro que no figura en Diraya. Se trata de las vacunas que se distribuyen desde las áreas de gestión sanitarias para distribuirlas entre determinados colectivos, entre los que se encuentran las residencias de ancianos, pero también las prisiones, los centros de inserción social, los ayuntamientos y otros organismos públicos.

Según los socialistas, en cada campaña se facilitaban más de 1.250.000 dosis, aunque se devolvieron entre 91.016 y 179.821 en las campañas que van de 2014 a 2018. Las vacunas de la gripe sólo sirven para la campaña para la cual se desarrollan, puesto que se trata de un virus distinto en cada invierno.

Es la respuesta del PSOE al “millón de vacunados fantasma” que denunció Bendodo, pero lo cierto es que no se explica del todo el desfase de números. La Junta cifra en 853.716 los mayores de 65 años que no figuran en Diraya, pero sí en el ministerio. El desfase va de los 128.434 del invierno 2013-2014 a los 182.018 de la campaña 2014-2015.

Ni el PSOE es capaz de explicar si esas cantidades se corresponden con los vacunados fuera de Diraya, ni el Ejecutivo andaluz hace mención alguna a ese millón de dosis que cada año se administraban en lugares distintos de los centros de salud.

Tampoco aclaran desde el Gobierno si acudirán a los tribunales, puesto que aseguran que todavía están investigando si el maquillaje de las estadísticas tiene consecuencias monetarias. Desde la Consejería de Salud y Familias no pueden todavía aclarar cuántas vacunas se compraron, cuanto costó y cuántas fueron devueltas. El propio Jesús Aguirre, cuestionado sobre las motivaciones que podrían haber llevado al PSOE a esta práctica, ha reconocido que el único objetivo posible es “quedar bien” en las estadísticas oficiales.