La posibilidad de que el metro de Málaga no llegue al centro histórico de la ciudad y culmine su recorrido en el entorno de la estación de Renfe, donde en unos años quedarán conectados los ramales de Teatinos y Carretera de Cádiz, se traducirá en la pérdida de unos cinco millones de viajeros anuales, lo que equivale a una cuarta parte de los 20 millones de usuarios que, según las últimas estimaciones, moverá el recorrido completo del suburbano.

Algunos expertos indicaron que la "penalización" de no alcanzar, en un primer estadio, la zona de la estación Guadalmedina y la Plaza de la Marina puede ser superior, dado el efecto de atracción que tiene alcanzar en un solo viaje el casco urbano. Por ello, señalaron que la estimación existente de que el ferrocarril urbano hasta Renfe puede transportar hasta 15 millones de pasajeros es excesiva.

Esta incertidumbre que pesa sobre las dos piezas finales del trazado del metro sigue sin ser despejada por la Junta, a pesar de que la consejera de Obras Públicas, Josefina Cruz Villalón, se corrigió a a sí misma y asegurón que la obra en el tramo Guadalmedina-Malagueta será impulsado mediante la fórmula de colaboración público-privada.

El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, remitió ayer una carta a Cruz Villalón solicitándole una reunión "lo antes posible", en este mismo mes de agosto, y "al más alto nivel", para que se informe "exhaustivamente" al Ayuntamiento sobre "los problemas de financiación" de las obras del metro, así como acerca de la posibilidad de recurrir a la fórmula de colaboración público-privada.