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Andaluzas 22M

La política andaluza al ritmo de los roscos de 'Pasapalabra'

  • TVE montó un plató de los años 90, con aire de Casa de la Cultura, jugando con 'El Ministerio del Tiempo' entre La 1, el 24 Horas y el HD

TVE ha solido obviar el potencial de la comunidad autónoma más extensa y poblada de España. A lo largo de estos lustros ha escurrido el bulto en lo que son contenidos pensados desde Andalucía para Andalucía (y eso pese a todo el campo abierto que le ha venido dejando la viejuna Canal Sur), a diferencia de lo que sucede en Cataluña, donde desde los años 60 ha mantenido una parrilla regional. Como programación diferenciada de la de CiU. Y por ese olvido ancestral no hay en Torrespaña andaluces reconocibles, del área de Informativos, para un prime time como el de ayer. Y tuvo que ser una catalana, María Casado, la conductora de un debate electoral andaluz en La 1, un contenido imprevisto que sólo se entiende por la intención de agradar al candidato popular, el más habitual en las escaletas del informativo de TVE desde Sevilla. La de Los desayunos, sonriente, de vestimenta oscura y de intención discreta, introdujo a los tres candidatos, más espabilados respecto al anterior debate en la autonómica, y apenas tuvo que ir hilvanando bloques mientras el tiempo corría atrás como el relleno de un rosco de Pasapalabra. Aclaró que el reloj se paraba cuando había patadas en los tobillos, que se hizo frecuente. El espectador pudo agradecer ese detalle de minutado, que daba carácter futbolero al debate, y lo de la sobreimpresión de los logotipos: ay, un lenguaje visual imprescindible para un espacio del siglo XXI que tardó en verse por Canal Sur. Lo del plató ya era otra cosa. Se apreciaba la improvisación para una iluminación y un decorado de los años 90, lo menos de los tiempos de Luis Herrero y Carrascal en Antena 3. Tonalidades turquesa y plata con varios paneles estáticos que parecían la exposición en la Casa de la Cultura patrocinada por la Caja de Ahorros de la comarca. Regreso al futuro para los de El ministerio del Tiempo.

TVE no ha sabido en estos lustros ser ni el complemento, ni aún menos la alternativa, de Canal Sur, y su debate fue más interesante por la propia actitud combativa de sus participantes, aunque Maíllo, descorbatado, claro, más frontal que sus dos mosqueones contrincantes, optó por no jugar al enfrentamiento, tildándolos (de manera acertada) "como los Pimpinela", aunque se animó a darle alguna tunda a la señora Díaz, que para eso jugaba fuera de casa.

La desconexión era para La 1 y en toda España se siguió por el Canal 24 Horas, relegándose El Ministerio del Tiempo a deshoras. Pero no, bastante público andaluz no llegó ni a enterarse del especial porque La 1 en HD (en el 1 del mando ya en cientos de miles de casas) estaba ofreciendo la serie de los funcionarios temponautas: entre la pelea con la saliva de Moreno Bonilla y las vicisitudes de Aura Garrido y Rodolfo Sancho en la corte de la católica Isabel, no había color. Susana Díaz, peleona y a veces con la mirada esquiva, iba con sus colores institucionales, y apelando a su propia esencia, regresaba en cuanto podía a su papel seguro de mirar al frente y dedicarse a la perorata.

Moreno, que se sentía a gusto jugando en casa, tiraba de portadas e infografías, con su empaque de terno de sastre y corbata verde patriótica. Llegaba con la lección bien aprendida, con los reproches calculados y un pack de miradas irónicas y gestos despectivos: era más que probable que le estuviera viendo su público, el que sigue aferrado a los Telediarios de José Antonio Sánchez. La socialista jugaba a Supervivientes, a que pasara el reloj de Pasapalabra. Vaya trago en un plató cutrón del siglo XX. Digno de encontrarse en un pasadizo de El Ministerio del Tiempo.

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