después de esto. Drama, Suecia, 2015, 105 min. Dirección y guión: Sanna Lenken. Fotografía: Moritz Schultheiß. Música: Per Störby Jutbring. Intérpretes: Rebecka Josephson, Amy Diamond, Annika Hallin, Henrik Norlén, Maxim Mehmet.

A pesar de su apariencia de producto indie para festivales, el primer largo del sueco Magnus Von Horn esconde en sus entrañas un western de regreso al hogar con una pesada mochila de culpa a las espaldas. Reconocemos así en el pequeño pueblo en el que se ambienta la atmósfera silenciosa y cargada de pasado propia del género, por más que ahora los caballos hayan sido sustituidos por motocicletas y 4x4 y el llanero solitario sea un adolescente que acaba de salir del reformatorio después de dos años de internamiento por cometer, suponemos, un grave crimen.

Von Horn se distancia de su personaje como gesto de puesta en escena para densificar la opacidad de sus movimientos y recorridos, su silencio implacable ante la escalada de rechazo y acoso que sufre en su intento de reincorporación a la comunidad o en el seno de su familia.

Así, Después de esto se cuece a fuego lento hacia una atmósfera de violencia apenas agujereada por el personaje de la chica que acoge y acompaña a nuestro protagonista con una mirada limpia, eje para la posible redención de un chaval atravesado por los fantasmas de una acción irreversible.

Contenida, sigilosa y elegante, la cinta de Van Horn trasciende el retrato adolescente sin perder de vista el contexto local (es muy llamativo, irónico incluso, el hecho de que el protagonista desmonte una escopeta para introducirla en una de esas grandes bolsas de Ikea), apelando por igual al relato de estirpe clásica, a aquel cine de rebeldes sin causa, sin caer nunca en la lectura frontal y obvia y salvaguardándose de los discursos moralistas para sociedades temerosas y atemorizadas.