El Albacete, que no sabía lo que era ganar en 2009, lo consiguió precisamente ante un Castellón que llegaba en una situación diametralmente distinta: no sabía lo que era perder este año, hasta ayer, cuando con toda justicia fue superado y la derrota pudo ser mayor si no llega a ser por las extraordinarias intervenciones de Carlos Sánchez.

Un penalti totalmente innecesario de Dealbert a Diego Costa costó el 1-0. A raíz del gol llegaron los mejores minutos del Albacete. El Castellón, totalmente desbordado, encontró en su guardameta al salvador de una goleada mayor. En la reanudación llegó el segundo gol muy pronto. El Castellón tocaba y apretaba pero no creaba ningún peligro. La última ocasión corrió a cargo de Verza, en un disparo que atajó Carlos Sánchez.