Quienes visitan a Josep Guardiola en Nueva York quedan perplejos. El entrenador español prepara su llegada al Bayern Múnich estudiando esquemas tácticos y videos de fútbol, pero también sintaxis y morfología. En dos semanas quiere presentarse en su nuevo club de un modo sorprendente: hablando en alemán.

Amante de los desafíos imposibles, al técnico de 42 años no le alcanza con la presión que implica dirigir el equipo más en forma del mundo. También pretende hacerlo con una de las lenguas más difíciles de aprender y de la que no sabía una palabra hasta hace pocos meses, el alemán.

Guardiola tiene una profesora particular para aprender este idioma, desde noviembre, que lo acompaña continuamente en Nueva York. La obsesión de Guardiola responde a algo más que un capricho. El Bayern es un club tradicional con numerosas reglas no escritas, cuyo cumplimiento tiene tanto peso como los éxitos deportivos. Una de ellas es que su técnico hable alemán. Los dos últimos entrenadores extranjeros del equipo bávaro, Louis van Gaal y Giovanni Trapattoni, se comunicaban en alemán con jugadores y medios.

El idioma fue uno de los principales factores que mitigaron el entusiasmo por el fichaje de Guardiola en el Bayern, junto con la extraordinaria temporada de su antecesor, Jupp Heynckes, que dejó el club tras conquistar un inédito triplete de Liga, Copa Alemana y Liga de Campeones europea. Las noticias de los progresos de Guardiola con el alemán volaron por eso rápidamente de Nueva York a Múnich y fueron las únicas capaces de romper el silencio que directivos y jugadores del club bávaro se habían impuesto para no hablar del futuro entrenador mientras el equipo estuviese al mando de Heynckes.

Los progresos que haya podido hacer Guardiola con la lengua suman aun más expectativas a su presentación en Múnich en dos semanas. El técnico tiene todo preparado para demostrar que su ambición tiene recompensa más allá del fútbol. Si lo logra, habrá ganado su primera final con el Bayern Múnich.