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Fútbol | Primera Andaluza
Los tres casos positivos por COVID-19 han pasado factura en la plantilla del Jerez Industrial, cuyo jugadores han tenido que pasar diez días confinados en sus domicilios. Dos futbolistas han comunicado a Juan Durán y a la directiva que en las actuales circunstancias prefieren dejar el equipo. Se trata de Luis Castillo y Maikel, que se han visto en la tesitura de tener que elegir entre el trabajo y la pasión por el fútbol.
El equipo regresó este martes a los entrenamientos en el Anexo de La Juventud al haber comenzado ya la resiembra en el campo de la avenida Blas Infante. Trabajó aproximadamente la mitad de la plantilla, ya que varios jugadores están aún a expensas de conocer los resultados de la PCR a la que se sometieron hace unos días. Pese a no presentar ningún síntoma, el cuerpo técnico ha preferido ser cauto y por eso ha suspendido el entrenamiento de este miércoles para incorporarse el jueves ya el grueso de la plantilla a excepción de Pablo Abuín, que sigue confinado al tener a un familiar de contacto estrecho con el COVID-19.
Con el partido del fin de semana ante el Trebujena aplazado, la plantilla trabaja con la incertidumbre de saber si el partido de la quinta jornada contra la Roteña (del 22 de noviembre) correrá la misma suerte que los tres anteriores o si, por el contrario, se podrá disputar. La Federación Gaditana está accediendo a las peticiones de aplazamiento de los clubes, pero también ha advertido de que estos encuentros se tienen que recuperar antes de que acabe la primera vuelta el 20 de diciembre, por lo que habría que afrontar ocho partidos en menos de 30 días.
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