Antonio Fernández, vicepresidente del Xerez, no escondió su decepción aliñada con enfado por la derrota en Córdoba: "La tarde no ha sido nada afortunada y la verdad es que estoy bastante cabreado; cabreado conmigo mismo porque no se ha ganado, creo que hasta la expulsión el partido era nuestro, hemos tenido dos o tres claras ocasiones de gol pero después de la expulsión todo ha cambiado de color".

Eso sí, Fernández Monterrubio no quiso cargar las tintas sobre Carlos Calvo: "Cabrea todo, y al final perdemos un partido que hemos visto controlado, hemos tenido dos o tres ocasiones claras, y al final pues bueno, los resultados no acompañan y tan sólo con un empate hubiéramos estado fuera de los puestos de descenso".

Pero ahora hay que mirar al frente y por eso el vicepresidente azulino ya tiene el punto de mira en el Castellón: "Como siempre que se pierde un partido hay que ganar el siguiente, en la situación en la que estamos si el partido de Castellón era importante, ahora es vital".

Quedan cinco jornadas y las cuentas de Fernández Monterrubio apuntan a ganar tres encuentros: "Está claro; hay que ganar tres partidos, y a ser posible los tres siguientes. Ahora todo pasa por ganar al Castellón en casa".

Precisamente el vicepresidente xerecista presenció en el palco el susto de la tarde, ya que coincidiendo con el gol de la victoria del Córdoba, su presidente, Rafael Campanero, sufrió una crisis de ansiedad que provocó una cierta incertidumbre por momentos, ya que se pensó que se trataba de un infarto.

El máximo responsable cordobesista, de 82 años, encontraba dificultad para respirar y los servicios sanitarios acudieron rápidamente hasta el palco donde fue atendido.

Minutos más tarde fue la propia alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar, quien compareció ante los medios para solicitar tranquilidad y anunció que el presidente había estado consciente en todo momento.