Un punto más y una jornada menos, que pensaría Esteban Vigo nada más finalizar el encuentro. Al Xerez le tocó ponerse el mono de faena y sufrir como pocas veces lo ha hecho esta temporada para encadenar su sexta jornada sin perder y arañar un puntito ante un Elche que lo puso todo para ganar pero al que le faltó acierto a la hora de definir. Y eso  en cualquier categoría se paga.

Con un fútbol vistoso y de control, los ilicitianos fueron incapaces de superar el entramado defensivo montado por un Deportivo que jugó casi toda la segunda parte con un jugador menos por la expulsión de José Vega por doble amarilla. Otra vez el jerezano tuvo que tomar el camino de los vestuarios antes del final, igual que le sucedió ante el Numancia y también en Chapín. En esta oportunidad, por una de esas manos involuntarias que ahora los colegiados no dudan en castigar de forma rigurosa.

El Xerez no estuvo brillante pero los puntos que se consiguen de la forma en la que lo logró el Deportivo ayer hacen afición y saben mejor. La grada no falló, aguantó el tipo animando de la misma forma que el equipo lo hizo sobre el terreno de juego.

Esteban, que demostró conocer al rival a la perfección, había adelantado que no repetiría el mismo once que goleó al Hércules ene l Rico Pérez tras recuperar a los sancionados Iago, Silva y Keita y cumplió el guión previsto. En defensa, el central gallego recuperó la titularidad en lugar de David Prieto pero Redondo se ganó continuar en una alineación en la que de inicio también entró el medio malí para ocupar el puesto de Lucas Porcar.

El técnico malagueño apostó por asegurar atrás con un hombre más rápido que Prieto y Silva  y en el zona ancha por el músculo africano. Y es que enfrente, por mucho que llegara a Chapín tras dos derrotas lejos de su estadio, estaba el líder.

Pero el Elche, de salida, no fue tan fiero como lo pintaban y en el primer cuarto de hora se dedicó a verlas venir, mientras que el Xerez, guardando siempre el orden, tampoco pudo verle la cara a Manu Herrera con peligro.

A los 21 minutos, un despiste de Mendoza ante Carles Gil, que ganó la línea de fondo, no lo supo aprovechar Fidel. Un nuevo despiste del jerezano, que fue de menos más, estuvo a punto de terminar en gol a la  media hora. Fidel se le marchó por velocidad, llegó a la línea de  fondo, la puso, Redondo cortó el centro y Raúl Cámara sacó el balón desde la misma línea (30'). Los ilicitanos, aunque no lo hicieron con demasiada vehemencia, reclamaron tanto legal.

Esa acción reactivó al cuadro de Escribá, más cómodo sobre el terreno de juego y con más control del balón pese a lo pesado que estaba el campo, que un Xerez que no pasaba serios apuros pero al que le costaba la misma vida dar dos pases seguidos -ni Keita ni Rueda destacaron a la hora de crear- y mucho más llegar arriba. Tato era casi un islote peleándose con dos buenos centrales, Pelegrín y Etxeita. Tanto es así, que el primer saque de esquina a favor de los azulinos no llegó hasta el minuto 40.

Y las cosas en la segunda parte no pudieron comenzar peor para el conjunto xerecista, que perdió a José Vega por doble amarilla a los 51 minutos. El Elche, poco después, también se vio obligado a realizar un cambio. Keita le hizo una entrada a Beranger y tuvo que dejar el campo en camilla para que entrase Flaño.

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A la hora de partido, Palanca tuvo una buena oportunidad que atajó Chema y a renglón seguido el meta azulino tuvo que salir con los pies para despejar un balón que Coro se disponía a rematar (63') después de marcharse por velocidad de la defensa.

En inferioridad, el gol en contra podía parecer cuestión de tiempo. En el minuto 69, el balón acabó en el fondo de la portería empujado por Fidel tras un fuerte choque entre Mantecón y Chema, pero el colegiado había señalado la falta al meta xerecista, que terminó tocado.

El cansancio de jugar tantos minutos con diez comenzó a hacer mella en los azulinos y el técnico malagueño, que leyó bastante bien el partido, se vio obligado a sacar del campo a un Rueda cansadísimo para oxigenar la zona ancha con Lucas Porcar. 

Mientras, el Elche seguía a lo suyo, apretando pero sin soluciones claras a la hora de abrir la lata, de anotar ese tanto que terminara con su ansiedad de contar por derrotas sus dos últimas salidas.

Pero el fútbol siempre brinda una ocasión al menos al que lo intenta. Y con todo en contra, y después de que Chema se luciese en un par de jugadas, el Xerez tuvo el gol en el minuto 81. Un buen centro desde la izquierda de Mendoza no encontró rematador porque Tato no le entendió y Etxeita tocó el balón lo justo para mandarlo a córner con el miedo metido en el cuerpo. La réplica la abortó Redondo justo después, sacando un balón complicadísimo en el área.

Chapín se volvió a levantar y rugió intentado dar aliento a un equipo que se entregó al máximo y al que le tocó correr durante casi todo el encuentro detrás del balón para sumar un punto de calidad y de autoestima.