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Las claves

Andalucía: más leña en el fuego del PP

  • El miércoles se cierra el plazo de presentación de candidatos a presidir el partido en la región. Ha sonado con fuerza José Luis Sanz, pero no descarten a Carmen Crespo y Carlos Rojas.

La tranquilidad ha durado poco en el PP. La imagen de unidad que se vio en la convención de Valladolid saltaba horas después con la pelea por hacerse con la candidatura andaluza. Han aparecido en toda su crudeza las rivalidades internas que siempre se niegan pero que, como las meigas, existen; se visualizan sobre todo en María Dolores de Cospedal y Javier Arenas, aunque los dos hacen esfuerzos para que no se noten las diferencias que les separan. A ello se suman las rivalidades interprovinciales que existen siempre en las regiones en las que dos o más capitales tratan de imponer su criterio, o su protagonismo, que en este caso se centran sobre todo en Sevilla y Málaga.

Por si no fuera todo ello suficiente problema, aparece en el socialismo andaluz una figura que, contra todo pronóstico, da que hablar, Susana Díaz, lo que incrementa los nervios en el PP. Cuanto más tiempo pase sin que Susana Díaz tenga enfrente a una cara que represente a la oposición, más posibilidades tiene de colocar al PP otra vez como segunda fuerza, tras la heroicidad de las últimas elecciones autonómicas al ser vencedora por primera vez, aunque no con mayoría absoluta. Sin embargo, una victoria suficiente para evitar que Javier Arenas fuera, como se esperaba, el nuevo presidente de los andaluces.

Un miembro de la dirección nacional del PP comentaba lo siguiente en Valladolid, donde se hablaba mucho en pasillos sobre la necesidad de elegir cuanto antes candidato andaluz: "Susana Díaz se dedica más a hacer política que a gobernar, lo que es inteligente por su parte tal como está el PSOE. Habla con un lenguaje que es muy comprensible para la gente de la calle, tanto la socialista como la nuestra. Tenemos un problema con ella". Lo tienen. El espacio que no ocupa el PP por falta de decisión para elegir candidato, lo ocupa ella poco a poco. Y el problema se agranda porque Andalucía es una región clave para cualquier partido. El mismo dirigente nacional lo decía así de claro: "En Andalucía se decide en buena parte el ganador de las generales porque en varias de sus provincias el escaño que pierde el PP va al PSOE, y el que pierde el PSOE al PP, no va a otro partido. Por tanto no nos podemos equivocar con el candidato".

Además de no equivocarse con el candidato están obligados a poner serenidad en la cocina. Puede no ser cierto, pero todo el PP da por seguro que al menos en dos ocasiones, antes de Navidad y estos últimos días, Cospedal quiso que el actual alcalde de la localidad sevillana de Tomares, José Luis Sanz, secretario regional del PP, fuera elegido candidato y, sin embargo, en las dos ocasiones Javier Arenas paralizó la operación, evidentemente con la ayuda de Rajoy, ya que por sí solo no hubiese podido imponer su criterio a la secretaria general. Eso es lo que cree la gente del partido en Andalucía y fuera de Andalucía, hasta el punto de que Esperanza Aguirre ha acusado a Javier Arenas de "mangoneo". "Ya está bien de tanto dedo divino", dijo, y pidió que sean los andaluces quienes elijan a sus candidatos.

Cospedal ha respondido a la presidenta madrileña que en el PP no se elige a dedo, una crítica a una Esperanza Aguirre que está en boca de la mayoría de los madrileños del PP porque esperan que sea elegida candidata a la Alcaldía… algo que es difícil porque a Cospedal no le gustó que abandonara la Presidencia del Gobierno regional al año de ser elegida. Pero la decisión no sólo está en manos de Cospedal. En esa misma situación se encuentran el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, que por propia iniciativa decidió trabajar en la Alcaldía y renunciar a presidir el partido y ser candidato al Gobierno regional; y también el alcalde de Córdoba, José Antonio Nieto, que por primera vez consiguió esa Alcaldía para el PP, siempre en manos de la izquierda. Es un candidato a la Junta que gusta a Cospedal, pero perjudicaría a la imagen del PP que abandonara sus responsabilidades actuales, aunque no se puede descartar que finalmente lo sea. En ese punto coinciden Cospedal y Arenas. Pero en pocos más.

Arenas no oculta su incomodidad cuando presentan a José Luis Sanz como el candidato de Cospedal al que él opone resistencia. Es lógica esa incomodidad porque José Luis Sanz ha sido un hombre que se ha formado a su lado como político, que le ha acompañado permanentemente como jefe de gabinete en sus recorridos de norte a sur y este a oeste para crear partido en Andalucía, y al que propuso para alcalde de Tomares primero y secretario regional del PP después. Sin embargo, le han puesto la proa dos de los políticos que más cerca han estado de Arenas en sus años andaluces, los presidentes provinciales de Málaga y de Cádiz, Elías Bendodo y Antonio Sanz, no sólo porque piensan que con José Luis Sanz podrían perder su actual influencia sino por la ya mencionada rivalidad entre provincias. Tomares no deja de ser una localidad de Sevilla.

Si Cospedal, como dicen sus adversarios, quiere que el presidente andaluz sea una persona ajena a Javier Arenas se puede encontrar en una situación imposible: en mayor o menor grado todos los actuales dirigentes del PP andaluz, sin excepción, han hecho carrera política con Javier Arenas. Todos. Y de entre todos ellos, Arenas había elegido al actual alcalde de Sevilla para presidir el partido y ser candidato a la Presidencia andaluza, pero Zoido renunció a mantenerse al frente del partido porque quería dedicarse en exclusividad a la Alcaldía. Personas cercanas al ex ministro de Trabajo y ex vicepresidente de Gobierno afirman que, descartado Zoido, lo que preocupa a Javier Arenas es que Cospedal tome la decisión sin contar con él. Aunque sabe que a la secretaria general no le gustó que dimitiera poco después de las elecciones autonómicas, no deja de ser la persona que mejor conoce el partido en Andalucía, y piensa que podría indicarle a Cospedal cuáles de los posibles candidatos cuentan con más experiencia para ejercer un cargo de tanta responsabilidad como la presidencia del partido, o quiénes tienen más capacidad de comunicar con la gente teniendo que cuenta que será candidato o candidata a gobernar la región, o quién es mejor considerado por las bases del partido.

En esa rivalidad soterrada pero que ha salido a la superficie hay que tener en cuenta un tercer factor, que además va a ser decisivo. Mariano Rajoy. Es el presidente del PP, presidente del Gobierno -al que importa mucho el resultado andaluz porque pretende volver a ganar las elecciones- y además conoce el PP andaluz casi tan bien como Arenas, porque durante sus años de oposición viajaba a Andalucía al menos dos veces al mes para apoyarlo y también para ver crecer el partido y comprobar si estaba preparado para ganar las elecciones. Gracias a eso sabe perfectamente quiénes son las tres o cuatro personas indicadas, o más preparadas para asumir la responsabilidad de presidir el PP andaluz y ser candidato a las elecciones autonómicas.

El próximo miércoles se cierra el plazo de presentación de candidatos que deben proponerse al congreso extraordinario del 1 de marzo para presidir el partido. Puede no proponerse nadie, y llegar a un acuerdo en los despachos importantes. En los últimos días ha sonado con fuerza el nombre de José Luis Sanz, pero apunten alguno más, teniendo en cuenta que Rajoy tendrá algo que decir: Carmen Crespo, delegada del Gobierno, y el portavoz parlamentario Carlos Rojas.

La solución, el 1 de marzo.

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