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20 aniversario del 11-M

El día que España quedó desgarrada

Los bomberos, junto a uno de los convoyes destrozados en los ataques del 11-M.

Los bomberos, junto a uno de los convoyes destrozados en los ataques del 11-M.

Terror. Dolor. Desgarro. Rabia. Mentiras. Elecciones. Madrid vivió en sus carnes el horror que sacudió a la capital de España hace 20 años. El 11 de marzo de 2004, un jueves negro, el terrorismo yihadista sembró de miedo y muerte nuestro país en el peor atentado vivido en suelo europeo: 193 muertos y más de 2.000 heridos. Ése fue el balance tristísimo de las bombas que Al Qaeda depositó en varios trenes a tres días de las elecciones generales tras el segundo mandato de José María Aznar, propiciando un carrusel de informaciones falsas por parte del Gobierno, que quiso a toda costa relacionar el tenebroso ataque con ETA.

La presencia de tropas españolas en la guerra de Iraq fue una controvertida decisión de Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero, aspirante del PSOE en aquellos comicios del 14-M, prometió que retiraría a los soldados del conflicto. Como así fue. En esas tensas y descorazonadoras horas entre el atentado y las urnas, llovieron los bulos con el fin de culpar a los etarras de una tragedia cuyos responsables tenían que ver con el yihadismo, que dos años y medio antes (11 de septiembre de 2001) había atacado el corazón de Estados Unidos cuando tres aviones pilotados por terroristas impactaron contra las Torres Gemelas y el Pentágono. Hubo 2.996 muertos, 25.000 heridos y 24 desaparecidos.

A las 7:36 de la mañana de ese infausto 11 de marzo, tres bombas estallaron en un tren de cercanías de Renfe que, procedente de Guadalajara, acababa de entrar en la estación madrileña de Atocha; tres minutos después explotaron otras cuatro bombas en otro convoy, procedente de Alcalá de Henares. A la misma hora, dos artefactos estallaron en un tren detenido en la estación del Pozo del Tío Raimundo y una más en un convoy que se encontraba en la de Santa Eugenia. Una secuencia mortal en pocos minutos que dejó sin aire a España.

Más tarde, y tras un intento de desactivación, la Policía detonó de forma controlada dos artefactos que no habían estallado. Tras ello desactivaron un tercero que permitiría, debido a su contenido, iniciar las primeras pesquisas que conducirían a la identificación de los autores materiales.

El 3 de abril, siete de los terroristas se inmolaron en Leganés matando a un GEO. La Audiencia Nacional condenó a 21 de los 28 procesados por estos hechos en 2007. A dos de ellos, Jamal Zougam y Otman el Ganaoui, a más de 42.900 años de cárcel como autores materiales de los asesinatos, y al ex minero José Emilio Suárez Trashorras a 34.715 años como autor por cooperación necesaria. El Supremo condenó en 2008 a uno de los absueltos, Antonio Toro, pero absolvió a cuatro de los condenados como terroristas por la Audiencia.

Pese a que en el juicio no se determinó quien fue el autor intelectual de los ataques, un trabajo de investigación liderado por el catedrático de Ciencia Política y Estudios de Seguridad en la Universidad Rey Juan Carlos, Fernando Reinares, centró el foco en Amer Azizi, ex miembro de una célula yihadista que Al Qaeda tuvo en España entre la década de los 90 y el año 2001.

El 14-M, tres días después, José Luis Rodríguez Zapatero dio un vuelco a las encuestas y ganó las elecciones con 164 escaños, en detrimento de Mariano Rajoy, el sucesor de Aznar. Aquel 11 de marzo desgarró para siempre a Madrid y a todos los españoles.

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