Lunes de Feria

Lunes festivo para disfrutar de la Feria

  • El puente de mayo se despide del Hontoria después de tres días de mucho sol y ganas de fiesta. Los días festivos al comienzo de la semana han sido todo un éxito en el Real.

ENFRENTARSE a un lunes suele costar. Por suerte ayer se produjo una combinación tan perfecta como el rebujito: lunes festivo y de Feria. No hay mejor forma de empezar la semana y despedir el puente de mayo. El parque González Hontoria comenzó a llenarse tímidamente a partir de mediodía. Hubo feriantes algo rezagados que les costó recuperarse de la juerga de la noche anterior y volver a colocarse la flor y el sombrero para disfrutar del Real, pero poco a poco la jornada se fue animando más y más hasta recomponerse por completo. El sol resplandecía sobre un cielo de un azul impecable en el que no se apreciaba ni un atisbo de nubosidad. La temperatura, al igual que durante el fin de semana, seguía siendo cálida, lo justo para que el abanico no se convirtiera en un imprescindible y que los feriantes más impacientes por la llegada del verano no se vieran privados de sacar sus piernas al aire.

Un grupo de señoras mayores de Las Angustias y Vallesequillo II ataviadas con coloridos vestidos de flamenca, paseaban por las calles del Hontoria tocando las castañuelas. Lo aprendido en las clases de este singular instrumento de percusión era más que suficiente para salir a bailar sevillanas allá por donde pasaban, bajo la mirada atenta, y alguna que otra cámara fotográfica, de más de un foráneo. Era su forma de agradecerle a la Feria los buenos momentos que ésta les ha brindado a lo largo de sus vidas y todos los que les quedan por disfrutar.

En las casetas no había mucha bulla para saborear una buena ración de adobo frito acompañada de una botella de fino bien fresquita con vistas al Real. Aunque algunos se atragantaban con los langostinos cuando veían entrar a una madre africana vendiendo abalorios mientras portaba a un bebé a sus espaldas. Una pena que no todos los niños puedan disfrutar de una Feria de golosinas y 'cacharritos'.

Muchas familias aprovecharon la tarde para pasear por la Feria del Caballo como debe hacerse, a lomos de un caballo, o en su defecto, sentados cómodamente en un carruaje. Mientras tanto, las flamencas acudían con muchas ganas a bailar sevillanas al Templete Municipal, sorteando, como podían, el raíl de fango que deja el camioncito de agua a su paso y que provoca que más de uno llegue a casa con los zapatos para jubilarlos de por vida.

No faltaron visitantes de fuera de Jerez, como es el caso de un grupo de amigos sevillanos que no se dieron por vencidos ante la dificultad de encontrar alojamiento disponible para el puente, pues, como afirmaron "no podían perderse la Feria del Caballo, pues aunque la de Sevilla sea la más conocida, la de Jerez tiene un encanto especial y un color inigualable".

La jornada se despidió con un leve descenso de temperaturas nocturno que obligó a más de uno a ponerse una 'rebequita', pero que no agrió la fiesta de nadie. Los jerezanos siempre recordarán este lunes de Feria con especial emoción, y esperemos que, con un poco de suerte, lleguen otros muchos lunes festivos como este.

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