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XXV Festival de Jerez

Flamencas con mucho ‘feeling’

Un momento del espectáculo.

Un momento del espectáculo. / Manuel Aranda

A pesar de que el título pueda sugerir lo contrario, ‘Flamencas de películas’ es la historia de siete mujeres unidas por un mismo nexo, la música. Porque por encima de todo, el último montaje de Melchora Ortega, estrenado ayer en la Sala Compañía, destaca por su rico contenido musical, plagado de matices y donde se percibe el trabajo intenso que hay detrás, sobre todo en lo concerniente a la adaptación.

Su otra gran virtud y es algo que se agradece, es que durante su hora y cuarto de duración, no hay tiempo para comerse el coco o tratar de entender nada, sólo hay música, música y más música, y todo eso, cuando además se hace bien, suma puntos.

La propuesta, que cuenta de nuevo con la dirección de Paco López, dista poco, en cuanto al esquema planteado, de lo que fue ‘Por los pelos’, su anterior montaje, es decir, con cante, guitarra, artista invitada al baile (y que canta), coros y palmas y hasta la ambientación. Sólo ha cambiado el contrabajo, la percusión y los vientos por el piano y la polivalente Elena Jiménez, capaz de tocar la zanfoña, el xilófono, el clarinete y el acordeón.

Todo ello nos recrea el ambiente de aquellos cafés teatros de finales del XIX y principios del XX, invitándonos, a través de la personalidad de Melchora, a compartir una vivencia interesante.

 La jerezana alimenta su necesidad de cantar por tanguillos, por tientos, por tarantos, abandolaos, alegrías de Córdoba, soleá apolá, seguiriyas, bulerías, pasadobles y hasta versionando piezas de Lola Flores o Bambino, ejemplos fehacientes de la enorme variedad musical del montaje. 

La obra nos descubre también el talento de la jerezana Elena Jiménez, la sutileza de la pianista Mai Kikuchi, la estupenda guitarra de Antonia Jiménez, eficaz en el acompañamiento y en los tarantos que interpreta en solitario, y de Pilar Ogalla, a la que le descubrimos otra faceta. Si ya conocíamos sus dotes bailando y como directora artística, en esta ocasión nos destapa su lado cantaor, interpretando los Tangos de La Argentinta, a los que lleva a su terreno mezclando el cante con el baile.  

El público despidió con aplausos un espectáculo que con un carácter sencillo es capaz de alegrarnos la tarde gracias a la gracia y la entrega de estas ‘Flamencas de película’. 

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