La crítica

La perfección no siempre deseada

  • Jeromo Segura no defraudó, hizo lo que saber hacer, cantar.

En el día que nos dejó Paco de Lucía, mejor guitarrista de los últimos tiempos y que por cierto nunca participó en el Festival de Jerez, el Palacio de Villavicencio acogía una cita atractiva. El último ganador de la última Lámpara Minera del Festival Internacional de Cante de las Minas de la Unión no podía defraudar. Jeromo Segura no defraudó, hizo lo que saber hacer, cantar.

Es un cantaor que siempre está bien, no sorprende, si lo ves en una ocasión, seguro que la próxima vez verás algo parecido. En sus actuaciones no cabe la espontaneidad, sino que se ciñe a mostrar sus conocimientos tales y como los ha aprendido a lo largo de su vida. Sabe ejecutar sin problema, la técnica es bastante exquisita, pero a la hora de la transmisión, caben algunas dudas.

Lo que no se puede dudar es que conoce los estilos como pocos. Tras un emotivo minuto de silencio por el fallecimiento de Paco, paseó su recital desde el levante hasta Cádiz, pasando por Triana y terminando en Huelva. La soleá fue de lo mejor de la tarde. No estuvo mal tampoco por cantiñas y seguiriyas.

Otro palo que domina Jeromo son los tangos, en los que se apoyó en las palmas de 'los Mellis', con semblantes atléticos. Salvador Gutiérrez puso la madurez en la sonanta con un corte clásico y experimentado. El cantaor onubense se dejó la piel por tarantas, mineras y cartageneras en perfecta armonía con la guitarra.

Despidió su tarde, "muy agradecido y orgulloso de la oportunidad", por fandangos de su tierra y algunos cuplés. Un artista que se aleja de la anarquía y lo natural, y que manifiesta lo más perfectamente imperfecto del perfil artístico.

Cante

Cante: Jeromo Segura. Guitarra: Salvador Gutiérrez. Palmas: Los Mellis. Día: 26 de febrero 2014. Lugar: Palacio de Villavicencio. Aforo: 3/4 de entrada.

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