La Pamela Anderson del norte del mundo nació en un pequeño pueblecito de Suecia en el que durante tres meses de cada año es de noche durante las 24 horasvy fue rápidamente educada para que aprendiera disciplina y trabajo en equipo. Con sus cristalinos ojos azules y su pelo rubio platino, esta Barbie báltica quería ser deportista y llegó a participar en un equipo sueco de esquí. Pero una caída le produjo una grave lesión en el hombro que la retiró de las pistas de para siempre. Aunque sin querer, el deporte la introdujo en el mundo de la moda y la televisión.

En 1993 se presentó al concurso Miss Suecia y aunque no consiguió ganar, porque la afortunada aquel año fue la también bellísima y rubia Johanna Lind, quedó en un segundo puesto que le valió para presentarse a la categoría de Miss Mundo, donde quedó entre las ocho finalistas. Al año siguiente ya estaba trabajando como modelo para firmas como Chanel, Christian Dior, Givenchy, Valentino y Giorgio Armani, consolidándose como modelo, una de las profesiones que ostenta hoy en día y para la que ha protagonizado portadas de revistas de todo el mundo. Otra de sus 'labores' es la de ser un símbolo sexual, a lo que le ayudó aparecer en la portada de una revista en concreto: la de Playboy, en 1996, después de que el gran magnate de la compañía, Hugh Hefner, le ofreciera realizar una sesión de fotos.

Nunca ha renegado del trabajo que hizo para este imperio, y de hecho, ya que que dio el salto a Estados Unidos, se sorprende por el escándalo que supone en las mentes norteamericanas unas fotografías como las que realizó en aquel año. Lo que sí es cierto es que prefiere trabajar como modelo "seria" y para marcas con más prestigio internacional, lo que la ha llevado a realizar colaboraciones con Nike y Renault, entre otras marcas.

En televisión tampoco le ha faltado nunca el trabajo y ya en 2006 fue copresentadora de La ruleta de la suerte de la versión francesa y de la versión italiana, para pasar en 2008 a ser el centro de atención del canal 'E!' por un reality show titulado My perfect life.

Las fronteras no existen para esta diva que domina además del sueco el inglés, el francés y el italiano. También ha hecho cine, pero siempre dentro de papeles en los que tenía que interpretar a la típica rubia explosiva. Apareció en la película Boat Trip, que trata sobre dos estudiantes que se marchan a un crucero para homosexuales porque uno de ellos ha sufrido un desengaño amoroso, o en Out cold, en fin, otra comedia para adolescentes.

En la música esta arrebatadora escandinava no ha tenido tanta estrella. En 2002 intentó sumarse al carro de las celebrities que prueban suerte como cantantes, pero le salió el tiro por la culata. Su primer single, Hello Hey, fue un fracaso absoluto.

Su vida íntima está marcada por Chris Wragge, periodista deportivo con el que contrajo matrimonio en Nueva York en el año 2000, divorciándose de él ocho años después.