Jerez

La ACdP eleva a Herrera Oria

  • Una mesa redonda en el obispado recuerda la figura del fundador de los Propagandistas

El obispado acogió ayer una mesa redonda sobre la vida de Ángel Herrera Oria, un acto paralelo a la exposición que se puede visitar hasta este sábado en el propio Palacio de Bertemati. Al acto acudieron como conferenciantes el catedrático de Historia Medieval de la UCA, Rafael Sánchez Saus, el periodista Gonzalo Altozano García Figueras y la ex maestra de las escuelas-capilla que fundó Herrera Oria en su etapa como Obispo de Málaga, Silveria González de Amorena. Cada uno de ellos aportó una visión diferente de la obra del fundador de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP); Sánchez Saus analizó el tiempo en el que vivió, Altozano su labor periodista y editorial y Silveria González una óptica más humanista en referencia a sus obras sociales.

"Don Ángel vivió en varias épocas distintas y en todas siempre buscó lo mejor para la Iglesia: con la Restauración, con la dictadura de Miguel Primo de Rivera, con la República y con el franquismo", explicó el catedrático. "En un editorial del periódico que dirigía, 'El Debate', acató el advenimiento de la II República, lo que provocó que desde sectores monárquicos se le acusara de accidentalista. Pero él se preocupó sobre todo de poner en marcha su doctrina social, independientemente de la forma de Estado". Sánchez Saus recalcó algunos detalles en las varias etapas de la vida de Herrera Oria en las que ha dividido su estudio. "En 1910 fundó la ACdP. En el 22 trató de poner en marcha el embrión de una democracia cristiana al estilo de los partidos europeos, pero con la llegada de Primo al poder no pudo continuar con su propósito. Y tampoco hay que olvidar que desde esta derecha se pregonaba una igualdad que le llevó incluso a pedir el derecho al voto femenino", varios años antes de que efectivamente éste se produjera con las elecciones republicanas.

Además, enfatizó, "siempre tuvo el anhelo de dedicarse al sacerdocio, pero no fue hasta que cumplió 50 años cuando la Iglesia le permite que abandone su labor laica". Marchó a Friburgo pocos meses antes de que estallase la Guerra Civil, y permaneció en la universidad católica más importante del mundo hasta el 43 realizando sus estudios. "Al volver, fue destinado a Santander y en el 47 fue enviado a Málaga como obispo. Allí comienza una nueva etapa donde destacó su labor social, con la creación, entre otras iniciativas, de las escuelas-capilla, que fueron una mezcla de alfabetización y evangelización. Se preocupó por los niños que vivían en las cortijadas, que estaban marginados, sin bautizarm y sin escolarizar".

Asimismo, no dejó de mencionar que "a pesar del buen entendimiento con Franco, siempre fue un hombre antitotalitario. De hecho, José Antonio Primo de Rivera y él sentían una antipatía recíproca". De la última época de su vida, destacó que "llegó a cardenal como un premio a su carrera, cuando tenía casi 80 años, y no participó en ningún cónclave. Lo más destacable de su vida fue su papel como periodista y político en la República y en su contribución a crear la ACdP cuando era laico, y como eclesiástico en calidad de Obispo de Málaga, destaca toda su obra social, de apoyo a trabajadores, siempre siendo justo y con una perspectiva social".

Gonzalo Altozano García-Figueras, ex director del semanario católico 'Alba', relató las contribuciones periodísticas de un Herrera Oria que se preocupó por mejorar las condiciones de la profesión. "Llegó con veintipocos años a la dirección de 'El Debate', un periódico que pasó de editar unos 4.000 ejemplares a picos de 150 ó 200.000 en tiempos de la II República. Él mismo decía que le encomendaron su edición sin más experiencia que hojear periódicos cuando desayunaba. Él no tenía vocación periodística, don Ángel quería consagrar su carrera al sacerdocio, pero poco después de obtener su plaza como Abogado del Estado abandonó esa tarea porque entendió que era necesario que existiera un medio de comunicación serio para los católicos que promulgaban la doctrina social de la Iglesia".

Eso sí, "en 'El Debate' trabajó de forma obediente al poder eclesiástico pero independientemente. Fundó una escuela de periodismo para formar a sus redactores, a los que exigía que trabajaran con rigor académico a la vez que siendo partícipes de la Fe. Si bien, firmó el primer convenio colectivo del sector con sus trabajadores, porque instauró la propia doctrina social de la Iglesia en el centro de trabajo, tratando siempre con dignidad a unos trabajadores bien pagados y motivados. Era una prensa de mucho nivel, sin entrar jamás en el insulto en un tiempo de gran tensión. Su periódico, considero, fue una herramienta política, y el propio Manuel Azaña le consideró un "adversario formidable", según sus propias palabras, aunque luego la República acabó clausurando el medio en 1933".

La tercera de las ponentes fue Silveria González, quien recordó a Herrera Oria "con el cariño y el amor de 43 años de profesión" que se desarrollaron en las escuelas-capilla y las formas posteriores de esa labor educativa. "La vida de don Ángel era la búsqueda del bien común. Se preocupó por los olvidados, por las 300.000 personas que vivían en las cortijadas de la sierra malagueña, entre ellos 20.000 niños. Dio un futuro a los niños, pero también a los jóvenes, hombres y mujeres, a los que instruyó. Es precioso recordar cómo peleó para que esas escuelas salieron adelante". Para ello, convenció al Régimen para que entregara "50 millones de pesetas en un periodo quinquenal. Herrera Oria buscó a estas personas y las ayudó en mitad del campo, en las cortijadas en las que vivían a varios kilómetros de los pueblos. Como maestra, yo hacía de todo menos confesar, las maestras de estas escuelas obtuvimos gracias a Don Ángel el permiso de Roma para consagrar. Cuando llegaba julio, recibíamos cursos para aprender a poner inyecciones y realizar curas a las personas que lo necesitaban. Éramos todo lo que estas personas tenían y ellos lo agradecían. Se respiraba mucho cariño, las maestras éramos una más en esas pequeñas sociedades".

Sobre la pobreza que encontró en Málaga, recalcó que "esto no pasaba hace 500 años sino en la década de los 50 y los 60. La huella de lo que hizo permanece, en forma de colegios que están al cargo de la Fundación Santa María de Vitoria y en todas las personas que salieron del campo. Por las mañanas daba clase a niños, por las tardes a mujeres y por la noche a los jóvenes varones que recién habían terminado su jornada. No hay palabras para todo lo que hizo don Ángel".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios