La Asociación de Familiares de Enfermos Mentales de la provincia (Afemen) ha denunciado las graves deficiencias en seguridad y accesibilidad del edificio que acoge la comunidad terapéutica de San Miguel, destinada a la atención de personas con enfermedad mental. La comunidad terapéutica funciona en este inmueble desde 1994. Es propiedad de Diputación, institución que en su día firmó con la Junta de Andalucía un acuerdo de cesión de uso por 50 años, para su utilización exclusiva como recurso de salud mental. En la comunidad residen 15 pacientes internos y además otros 15 son tratados en hospital de día, 22 asisten a programas como talleres o actividades y además se ofrece la atención sanitaria multidisciplinar a 68 residentes en las casas hogar o pisos supervisados que gestiona la Fundación Faisem.

El presidente de Afemen, Manuel Martínez, trasladó el pasado jueves a la delegada territorial de Salud, Miriam Alconchel, los problemas que presenta el edificio, que no cumple los requisitos de seguridad que contempla la ley ni los estándares de calidad que el propio Servicio Andaluz de Salud (SAS) aplica al resto de sus instalaciones. "Es una mancha negra en el catálogo de recursos de la Consejería de Salud", afirmó.

Según explicó también el director de Afemen, Blas García, las instalaciones tienen serias deficiencias, como humedades y goteras. "Hace mucho frío en invierno, y calor en verano. No es un espacio confortable. Los dormitorios no reúnen condiciones de intimidad, incluso en alguna ocasión se ha desprendido algún trozo de la fachada, con el peligro que ello supone para los peatones. Además el dispositivo no cuenta con la suficiente amplitud, y el espacio del que dispone no está distribuido de manera que permita una óptima funcionalidad". Por si fuera poco han entrado a robar en dos ocasiones, una de ellas de madrugada.

El edificio ya fue objeto de arreglos hace unos años, que supusieron una inversión de 200.000 euros, "pero todo lo que se haga en este inmueble, debido a su deterioro y antigüedad, es dinero tirado. Admitimos que su ubicación es muy buena, en el centro de Jerez, y que después de tantos años, los vecinos ya están habituados, pero las instalaciones no reúnen las condiciones", insistió García. La asociación ha planteado al SAS retomar el proyecto de construcción de unas nuevas instalaciones, que en 2008 estaba bastante avanzado. Se contaba ya incluso con los planos de un edificio que se levantaría en terrenos cedidos por el Ayuntamiento, un centro sanitario de unos 1.000 metros cuadrados, con espacios interiores amplios y con dormitorios más acogedores e íntimos. El coste de la inversión era de un 1.200.0000 euros, pero la crisis paralizó toda la inversión y se optó por hacer algunas mejoras en el inmueble de la calle San Miguel. "No se trata de una reivindicación de ahora, sino que llevamos muchos años pidiendo unas nuevas instalaciones, pensamos que hemos sido muy pacientes". Según García, el SAS no está cerrado en banda. "Miriam Alconchel nos ha dicho que es un tema que tiene muy presente y que se están estudiando posibilidades. También el gerente del hospital nos habló de que si no es posible la construcción de uno nuevo, se optaría por unas reparaciones urgentes y después una rehabilitación más integral".

Agregó que, no obstante, la asociación mantiene la necesidad de unas nuevas instalaciones. "No queremos que pase como con la comunidad de Barrio Jarana, que finalmente tuvo que ser desalojada de forma urgente porque aquello se inundó y se trasladó a los pacientes a Salud Mental del hospital de Puerto Real, hasta que se construyeron otras instalaciones. Además en este caso un nuevo edificio no supondría un aumento de gasto de personal con respecto al actual, ya que entendemos que está bien dotado de profesionales".

Hay que recordar por otro lado, que la comunidad terapéutica de San Miguel ha sufrido problemas en los últimos meses por los recortes de la empresa que tiene la concesión de todos los aspectos relacionados con la logística y hostelería del centro. En numerosas ocasiones faltaron alimentos básicos, que obligaron al SAS a tomar medidas, suministrar directamente los productos desde el hospital y convocar otro concurso para una nueva adjudicación de estos servicios. Aunque esta primera convocatoria quedó desierta, según ha informado el SAS a Afemen, en la segunda se ha presentado una empresa, que se haría cargo de la hostelería de la comunidad, poniendo fin a los problemas, que afectaban además a los trabajadores, ya que sufrieron impagos.