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750 Aniversario

Histórica quinta ciudad andaluza

  • Manuel González Jiménez abre la cita en los Claustros con una conferencia en la que destaca la importancia de Jerez en el XIII por su extensión, su función defensiva y sus repobladores

La conquista de Jerez y de otras localidades de su entorno, "la ruptura de un devenir histórico de siglos y el inicio de una nueva época marcada por la implantación en estas tierras de una nueva realidad histórica que en lo esencial llega hasta nuestros días", se pueden resumir en cinco intensos días. Un 'maratón' histórico que se inició ayer en los Claustros de Santo Domingo y que se desarrollará hasta el viernes bajo el nombre de 'Congreso 750 Aniversario de la Incorporación de Jerez a la Corona de Castilla 1264-2014'. Bajo este paraguas, 25 especialistas hablarán de este hecho, causas y consecuencias, ante dos centenares de asistentes.

La alcaldesa, María José García-Pelayo, junto al rector de la Universidad de Cádiz, Eduardo González Mazo; el presidente de la Real Academia de San Dionisio, Joaquín Ortiz; el comisario del evento, Manuel Antonio García Paz, y los directores científicos del Congreso, Manuel González Jiménez y José Sánchez Herrero, dieron el pistoletazo de salida de forma oficial. "Una vuelta al pasado para analizar el presente y las perspectivas de futuro que tiene esta ciudad", comentó García-Pelayo. Congreso que coincide en el tiempo con otro hito histórico que se celebra este año en Jerez, la capitalidad europea del vino. Para ello, la regidora se refirió al eje fundamental que ha supuesto el vino en "nuestra historia comercial e industrial". La alcaldesa recordó que un pueblo "sin historia, es un pueblo sin identidad".

La cita, que está organizada por el Ayuntamiento, la Academia San Dionisio, la UCA y el Comisariado del 750 Aniversario, la abrió la conferencia del doctor y profesor de la Universidad de Sevilla en Historia Manuel González Jiménez, que se centró en el 'Antes y el después de la revuelta mudéjar de 1264' o 'Jerez 1264: de al-Andalus a Andalucía', ambos títulos válidos para una interesante disertación en la que González recordó que Jerez, lo mismo que las tierras de la cuenca del Guadalete y de la Bahía de Cádiz, entró en dependencia de Castilla poco después de la conquista de la urbe hispalense (1248). Se trataba de una dependencia un tanto singular que permitió a la ciudad conservar su autonomía y sus autoridades a cambio del pago de tributos o parias al rey de Castilla. "De estos años de autonomía atenuada nos queda un curioso testimonio recogido en la Crónica Anónima de Sahagún, según la cual, estando el abad del monasterio en Sevilla, en mayo de 1249, habían acudió a la ciudad los moros de Jerez y de otros castillos "que habían traído al rey muchos dones por el tributo acostumbrado"". En una palabra: a raíz de la conquista de Sevilla, Jerez y toda la zona del Guadalete habían reconocido la soberanía de Castilla. Esta situación se mantuvo inalterada hasta los primeros años del reinado de Alfonso X.

Aunque la conquista de Jerez tuvo lugar a comienzos de octubre de 1264, a tenor de los que afirma la Primera Crónica General y confirma la tradición jerezana, "no obstante, recientemente, el profesor O'Callaghan, basándose en le Crónica de Gonzalo de la Hinojosa y en el propio libro del repartimiento, ha defendido la tesis de que la conquista de Jerez ocurrió en 1266". Un hecho que González Jiménez descarta ya que la referencia al libro del repartimiento "hay que tomarla con cautela ya que no alude a la conquista, sino al reparto de tierras y casas entre los nuevos pobladores". La conquista de Jerez, seguida de la expulsión en masa de todos sus habitantes, marcaba el inicio de una nueva etapa en la historia de la ciudad durante la cual, sobre todo en sus años iniciales, se produjo una profunda alteración cultural de la ciudad, ya que en lo material, Jerez conservó rasgos muy importantes del pasado islámico. Estas transformaciones fueron efecto de la instalación de nuevos pobladores en la ciudad abandonada por los musulmanes y del nuevo sistema organizativo implantado por los conquistadores. Es la 'repoblación'. Un repartimiento no se completaría hasta 1268, coincidiendo con el reparto de las tierras de Santa María del Puerto (El Puerto de Santa María) y la reordenación del territorio del Guadalete.

El libro del repartimiento conservado en el Archivo Municipal es una "cuidada copia del siglo XIV, hecha directamente sobre el original desaparecido. Es una verdadera pena que sólo haya llegado a nosotros el 'repartimiento urbano', ya que se encuentra en paradero desconocido el manuscrito en pergamino, que se guardaba en el Archivo jerezano todavía a fines del siglo XVI y que se describe como 'repartimiento de heredades'", se lamenta el profesor.

El recuento de las personas que figuran en el libro del repartimiento como beneficiarias del reparto de casas y otros inmuebles asciende a 1.828. No quiere decir que ésta fuese la población absoluta de Jerez. "Se trata -añade- de vecinos o cabezas de familia, de quienes conocemos en bastantes casos los nombres de sus mujeres, algunas de las cuales, por fallecimiento del marido, figuran como titular de los bienes. Un cálculo muy prudente arrojaría una población en torno a los 7.000 habitantes". Esta población de distribuía entre seis collaciones o parroquias -San Salvador, San Mateo, San Lucas, San Juan, San Marcos y San Dionisio- y dos barrios (el del Algarve y la Judería). La más poblada era la de San Salvador, donde se concentraba casi el 25% de la población vecinal (425 vecinos). "El vecindario de Jerez incluía una mayoría abrumadora de cristianos, un grupo hebreo de cierta importancia y un pequeño contingente de moros". La mayor parte de la población se encuadraba en el grupo de los peones (simples pobladores), si bien hay que llamar la atención sobre el elevado número de caballeros -más de 250, entre hidalgos y ciudadanos- establecidos en la ciudad. A Jerez se le concedió un extensísimo término municipal que le hizo ser el más importante municipio de la Baja Andalucía, después de Sevilla y se convirtió en pieza fundamental del sistema defensivo. "La proximidad -concluye- a la frontera condicionaría la vida. Realidad que contribuyó a afirmar los rasgos militares de la sociedad jerezana, lo que explica el auge y desarrollo del grupo de caballeros y de su caballería, famosa en toda Andalucía".

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