Jerez

Eduardo Cordel, activista de JereLesGay, logra el primer premio científico al Mejor Estudio en las VII Jornadas de Actualización en Sexología Clínica

Francisco Cabello, director del Instituto Andaluz de Sexología; Francisco Javier del Río, psicólogo y sexólogo de Jerez y presidente del Comité Científico de las VII Jornadas; Eduardo Cordel; Carlos de la Cruz, director del Máster en Sexología de la Universidad Camilo José Cela; y Marina Cabello, presidenta del Comité Organizador de las Jornadas.

Francisco Cabello, director del Instituto Andaluz de Sexología; Francisco Javier del Río, psicólogo y sexólogo de Jerez y presidente del Comité Científico de las VII Jornadas; Eduardo Cordel; Carlos de la Cruz, director del Máster en Sexología de la Universidad Camilo José Cela; y Marina Cabello, presidenta del Comité Organizador de las Jornadas.

Eduardo Cordel, activista de JereLesGay y actualmente en la Secretaría de Organización en la junta directiva de la asociación, ha obtenido el Primer Premio Científico al Mejor Estudio con Mayores LGTBIQA+ 'libres de violencia' presentado en modo Comunicación Oral en las VII Jornadas de Actualización en Sexología Clínica, organizadas por el Instituto Andaluz de Sexología y Psicología en Málaga el viernes y sábado pasados.

El estudio ha sido publicado en el libro oficial de las Jornadas después de que el reconocimiento haya sido otorgado entre las 40 propuestas que se han presentado.

Tras recoger el premio, Eduardo Cordel explica que quiso hacer una investigación sobre mayores LGTBIQAP porque "siempre he adorado escuchar la memoria de las personas mayores. Me ha fascinado siempre la supervivencia que mi abuela paterna me contaba en las duras condiciones de la postguerra. Y cómo mi abuelo y abuela materna hablaban de todo lo que tuvieron que hacer para sacar adelante la familia".

Añade que "realizando la carrera de psicología en 2010 se potenció este interés entrando a trabajar en grupos intergeneracionales entre el estudiantado de psicología en la Universidad de Sevilla con el aula de la experiencia. Durante la carrera se me rompió el armario y al llegar a realizar el TFG quise hacerlo sobre población mayor y comunidad LGTBIQAP+ pero me fue negado diciendo que no iba a obtener muestra representativa, sobre todo viendo la ciencia 'real' únicamente desde lo cuantitativo, por lo que finalmente lo realicé sobre la población mayor en general, una investigación del edadismo hacia las personas mayores irremediablemente heterosexuales, cis y dentro de la normatividad".

Los resultados obtenidos fueron "muy significativos, como que la inmensa mayoría de mayores obviara responder preguntas sobre su sexualidad aún siendo encuestas anónimas. Lo cierto es que me quedaron más preguntas que respuestas. Al llegar al máster de sexología en Madrid mucho después volví a plantear la investigación que me hubiera gustado hacer y entonces sí fue acogida, bien recibida y fomentada. Tras un año trabajando en ella llegó la pandemia y todo se fue al traste".

Y es que, "lógicamente, los centros de día, las residencias y las fundaciones específicas de personas mayores y mayores LGTBIQAP cerraron sus puertas y mi TFM se canceló, quedando postergado dependiendo de si la pandemia remitía o se controlaba. No siendo así reacondicioné la muestra y en lugar de querer entrevistas a mayores únicamente nacidos en el periodo franquista (80 a 100 años) que hubieran estado presente durante el franquismo y/o transición (de 50 años en adelante). Ahí yo ya estaba de vuelta en Jerez y empecé a colaborar con JereLesGay, que me aportó a varias personas que cumplían los criterios y pudimos realizar y culminar la investigación".

Detrás de ese trabajo hay años de estudio y de análisis. Cordel destaca que "lo más difícil de la investigación ha sido mantener la salud mental. A medida que vas adentrándome en la historia franquista y no tanto en los datos oficiales, leyes y números de expediente, que son apabullantes pero no solo, sino entrando en las historias recogidas en la literatura de las personas nacidas y criadas en esa época la salud mental iba entrando en crisis constante. Un ejemplo de ello es el renegar de buscar libros usando la etiqueta 'LGTBIQAP, LGTB, gay, trans, lesbiana' a empezar a buscar usando 'invertidos, sodomitas, vagos, maleantes, bujarras, locas'... Es bastante duro ir bajando año a año hasta llegar a ese abismo y esas declaraciones que el trío mortal Iglesia, Medicina y  Estado/Justicia nos aplicaban: 'pecadores, enfermes e ilegales".

Dificultades aparte, "el encontrar bibliografía cuando la hemos escondido bajo nombres singulares que permitieran ser publicadas las obras 'látigo y pluma, más que amigas, redadas de violetas...'. Y para destacar, cientos de miles de historias que he incluido en el trabajo, una de ellas es la de Eusebio Valderrama titulada Cuatro botones dorados. Fue detenido en plena Gran Vía y encarcelado únicamente por tener una chaqueta con cuatro botones dorados fabricada a mano en Italia y motivo de performatividad de género suficiente para ser visto como marica y acabar encarcelado".

En ese proceso tan duro, Cardel ha experimentado cambios personales en relación al trabajo: "El Eduardo antes de la investigación tenía consciencia de la comunidad LGTBIQAP+ desde el Stonewall de 1968 en Nueva York, de todas las realidades existentes y ordenadas, tenía la sensibilidad para con las personas mayores como personas dignas de buen trato y respeto, tenía la certeza absoluta del daño que la dictadura realizó a este país pero sin embargo se creía el cuento de la transición idealizada y del cambio tan grande que sucedió tras la muerte del dictador".

Ahora, "el Eduardo post investigación tiene ahora la cabeza repleta de historias de violencia y supervivencia de la comunidad LGTBIQAP desde los orígenes de los tiempos como el cuerpo encontrado en el norte de Europa con una antigüedad de 7000 años A.C que pese a ser aparentemente 'hombre' está enterrado siguiendo el rito funerario de las mujeres y rodeado de sus joyas y utensilios de cocina. ¿Era hombre gay, era trans? Todo y nada, pues no existían palabras pero sí el hecho de la diversidad y la diversidad aceptada".

"Y sobre todo ahora -subraya Cardel- soy consciente de toda la depuración del dolor que aún falta por realizar y no solo de tiempos de Franco. Las leyes opresoras se extienden a 1995 algunas de ellas. Queda mucha responsabilidad por depurar y mucha vida truncada por cárceles, campos de concentración, psiquiátricos,  familias, torturas de conversión, leyes opresoras y sociedad esclavizante. Gente que tenía negado el trabajo y garantizado el destierre y que ahora tiene pensiones ridículas motivo de esa negación al trabajo. Sin duda, el Eduardo post investigación está anclado al pasado, luchando en el presente y con la vista puesta en un futuro de mejoría, respeto y admiración".

Después de todo este trabajo, se abren las perspectivas para este TFM: "Este trabajo TFM es tan amplio y tan denso que recorre casi 300 banderas de nuestra comunidad y su historia, camina por 121 años de historia LGTBIQAP e investiga seis entrevistas vitales de unas dos horas cada una. Fue presentada completa en el máster, alcanzando una de las máximas notas, lo que se ganó el reconocimiento de realizar una clase para el alumnado del siguiente año sobre la investigación y motivadora para realizar nuevas investigaciones. Esta vez ha sido la primera vez que aterrizaba con una parte de la investigación en un Congreso de Sexología".

"Ha sido muy duro extraer solo las violencias, que como ha sido publicado en el libro de las Jornadas y se puede leer, sólo con seis personas entrevistadas se han obtenido un total de 177 citas distintas acerca de la violencia recibida y percibida, pero parece que ha gustado y ha sido premiado cosa que me llena de orgullo y de ganas de seguir investigando, creciendo y contando las necesidades de nuestres mayores que acabaran siendo las de todes. Se moverá por otros congresos diversos y replicar las investigaciones con más personas", apunta Cardel.

El investigador finaliza explicando que "me encantará seguir investigando en las realidades de les mayores, tenemos una deuda histórica con ellos, ellas y elles, nos han abierto las puertas poniendo sus cuerpos y vidas en la batalla y ahora que han ganado el terreno les abandonamos a su suerte y renegamos de elles y su historia. Hemos contraído una deuda histórica con elles como comunidad LGTBIQAP, como sociedad, como país y como mundo pues nuestra historia se replica en todas partes".

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