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Proyecto Hombre alerta del aumento de casos de adicción a las nuevas tecnologías entre menores

Niños con teléfonos móviles.

Niños con teléfonos móviles.

De las adicciones a las nuevas tecnologías aún sólo se ve la punta del iceberg. Así lo vaticina Luis Bononato, director de Proyecto Hombre en la provincia, quien asegura que cada vez llegan más casos de menores con problemas de consumo a redes sociales, videojuegos, apuestas online e internet en general. 

En la última memoria anual de Proyecto Hombre se refleja que durante 2021 se atendieron a 106 personas en la provincia dentro de programas para conductas adictivas relacionadas con las TIC (Tecnologías de Información y Comunicación). "El primer caso que se atendió de tema de redes sociales aquí fue en 2002. Era una chica de 17 años y fue el primero que se detectó a nivel nacional. Desde entonces ha ido aumentando. Desde hace unos seis años sí que hemos visto llegar más casos, sobre todo en jóvenes. La proporción es un 20% de mujeres y 80% de hombres", declara Bononato. 

"Los colegios cada vez nos piden más la formación en prevención y damos talleres sobre cómo abordar el uso problemático de las nuevas tecnologías. Pero no sólo en los colegios, también es importante formar a las familias. Los adolescentes tienen mucha información sobre cómo manejarse en las redes sociales, juegos online..., los adultos no tenemos esas habilidades y eso dificulta educar y el control del uso", remarca el director de la entidad.  

Bononato añade que "seguimos teniendo un notable volumen de atenciones por dificultades a las nuevas tecnologías, internet en general. Hay jóvenes que no han consumido un porro en su vida pero tienen un comportamiento adictivo a un videojuego o redes sociales y genera los mismos comportamientos". 

"Es un tema que preocupa mucho tanto en el ámbito familiar como educativo. Durante 2021 atendimos a más de 4.000 menores, profesores y familias sobre este aspecto, y el año pasado a más de 7.000. Cada vez se demanda más porque es un problema real", subraya. 

"Esto es un efecto iceberg, ahora sólo vemos la punta", alerta el director. Los efectos se irán viendo en los próximos años porque se ha normalizado socioculturalmente su consumo, se ha banalizado y la accesibilidad es total. 

Cómo se detecta una adicción a las nuevas tecnologías

Según explica Luis Bononato hay una serie de indicadores que deben saltar las alarmas del entorno de la persona adicta. Entre estos comportamientos está el fracaso escolar y social, "de repente un menor comienza a tener problemas en el colegio y además se va aislando de su grupo de iguales para quedarse encerrado en casa, deja de tener habilidades sociales".

La vida sedentaria y hasta la violencia son indicadores de que hay una fuerte adicción a internet, y ahí además entran las apuestas online, por lo que sería además una adicción al juego. "Cuando se le dice al niño 'te quito el portátil', por ejemplo, se produce una situación de descontrol y violencia. Se ha llegado el caso de que incluso se ha tenido que denunciar al menor", informa Bononato. 

"El último niño que hemos tenido empezó en Proyecto Hombre con 13 años y estaba todos los fines de semana enganchado a la Playstation. El problema además es que durante la semana estaba completamente obsesionado pensando en el sábado y domingo, lo que le llevó al fracaso escolar y quedarse encerrado en su casa sin salir", relata el director de Proyecto Hombre.

Desde la entidad quieren lanzar un mensaje de esperanza a las familias que puedan encontrarse en esta situación y remarcan que "esto tiene solución, pero cuanto antes se identifique mejor para ponerse en manos de profesionales. Nosotros tenemos un programa específico para atender casos de adicción a las nuevas tecnologías en Proyecto Joven".

Proteger al menor

"Internet es una ventana abierta al mundo donde hay empresas interesadas en que accedas a ruletas de juego, casas de apuestas e incluso material pornográfico... Así como no dejas la puerta de tu casa abierta para que entre cualquiera, lo mismo hay que hacer con un terminal con acceso a internet", declara Bononato. 

El director de Proyecto Hombre insiste que ante todo hay que tener "sentido común" y cree que una edad lógica para que un menor tenga su primer dispositivo electrónico son los 14 años. El problema es que "prácticamente nadie lo cumple o no lo puede cumplir por la presión a los menores y a las familias, 'no me puedo relacionar', 'me siento desplazado'..., hay una gran manipulación. Sabemos que es el regalo estrella en las Comuniones, pero más que la edad, es más importante la educación". 

Educación en todos los ámbitos, incluso en la emocional. Bononato explica que además de dar herramientas de control y uso de las nuevas tecnologías, familias y colegios piden a Proyecto Hombre talleres de educación emocional en los que se traten aspectos como la "autoestima, el concepto de mí mismo, asertividad de respetar al otro y a mí, la ansiedad... Hay que invertir formación". 

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