La Cooperativa Católico-Agrícola de Chipiona inauguró el pasado martes las instalaciones de su nueva bodega de elaboración, proyecto que en el que se han invertido cerca de 800.000 euros y con el que se ha ampliado un 50% la capacidad, para pasar de 3.500 botas a más de 5.000.

De esta forma se soluciona el problema de almacenaje de mostos fuera de la bodega, con el consiguiente ahorro de costes, precisamente, uno de los objetivos de esta actuación, con la que también persiguen crecer en el mercado, aumentar la calidad de sus vinos y ser más competitivos, según destacó el director general y enólogo, Francisco Lorenzo.

Con esta importante inversión, cofinanciada con fondos públicos, “damos un paso de gigante a punto de cumplirse los 100 años de la cooperativa” y “se garantiza el presente y el futuro de nuestra empresa”, dijo Lorenzo durante el acto de inauguración, en el que significó que se trata de unas instalaciones de primer orden y con tecnología punta para la elaboración de vinos, que abren un abanico de nuevas oportunidades tanto con los mostos limpios y frescos como con los vinos jóvenes varietales, en los nuevos mercados de exportación de Europa.

Recorrido por el interior de la bodega.

De la vieja bodega quedan los suelos, las paredes y poco más, detalló el responsable de la cooperativa durante su intervención en el acto, que contó junto a los socios con la asistencia del delegado territorial de Agricultura, Daniel Sánchez.

Tras más de un año de obras, la bodega cuenta con nuevos lagares que permitirán una mayor rapidez en la entrega y un primer drenaje de los mostos, así como con nuevas prensas de molturación basadas en el sistema neumático, lo que permite que la uva se someta a presiones muy bajas y suaves, en condiciones casi inertes.

Otro momento del acto de inauguración.

La nueva planta de estabilización de los mostos también ofrece importantes ventajas para la obtención de mostos más afrutados y muy limpios, mientras que en la planta de fermentación, la principal novedad es el control de temperatura digital.

Finalmente, la cubierta del techo permite bajar de forma drástica la temperatura ambiente durante la vendimia, así como una disminución en el uso de los equipos de frío y, por tanto, un ahorro de costes.