Fran, vecino de Jerez sin hogar y usuario de Cáritas: “De aquí se puede salir”
Cáritas Diocesana conmemora el Día de las Personas sin Hogar y da voz a quienes, a pesar de esta situación, también luchan por alcanzar sus sueños
Personal de limpieza de la UCA, en el Campus de Jerez: “Teníamos condiciones laborales mucho mejores 33 años atrás"
Dice que no gestionó bien su anterior vida, pero que le gustaría tener sueños y esperanza para volver a retomar su trabajo. Fran es natural de Jerez y tiene 39 años, se encuentra en situación de sinhogarismo, aunque espera lograr sus proyectos con la ayuda de Cáritas diocesana Asidonia-Jerez, entidad a la que llegó hace dos meses. Le sirve de refugio por las mañanas, desayuna en compañía y participa en otras actividades que organizan.
En esa vida anterior de la que habla, pertenecía a la Armada. Ahora es encofrador. él, al igual que otras personas en su circunstancia, aspira a volver a tener una familia, una casa y un trabajo estable: “Cáritas te da la posibilidad de formarte. Seguro que hay buenos jefes que nos den una oportunidad y podemos conseguir esos sueños”.
Hablamos con Fran en la plaza del Arenal, este jueves 23 de octubre, donde como cada año a finales de octubre Cáritas Diocesana celebra el Día de las Personas sin Hogar. “Actos como el de hoy son muy importantes para ellas, intentamos que tengan voz, que puedan decir que son iguales que los demás y que también tienen sueños: ver a los hijos, la salud… porque son personas que normalmente no son escuchadas. Otras personas hablamos por ellas”, resalta Silvia Pérez Moreno, coordinadora del programa Personas Sin Hogar de Cáritas Diocesana, entidad que lucha desde hace cuatro décadas por los derechos de las personas sin hogar como el derecho a la vivienda, a tener un hogar “que no es lo mismo”.
Con el lema “Sin hogar, pero con sueños”, hacen alusión a los derechos mínimos que poseen las personas para aspirar a un proyecto de vida. Han de lidiar con una serie de obstáculos como la falta de intimidad, los problemas de salud física y mental, dificultades para encontrar empleo o a la hora de acceder a los trámites de la administración pública.
Durante el pasado año, Cáritas Diocesana acompañó a 609 personas sin techo con una inversión de 117.000 euros. Pérez Moreno aclara que el concepto de ‘sinhogarismo’ abarca mucho más, como lo que tiene que ver con la vivienda inadecuada o en malas condiciones, cuando el techo no es seguro.
Hasta esta entidad se acercan personas con una situación cronificada, así como otras que nunca antes se habían visto en una situación similar y que lo pasan muy mal solicitando ayuda. “Tenemos familias muy conocidas en situación de exclusión desde hace tiempo”. Según Pérez Moreno, el perfil de las personas afectadas por esta problemática es el de familias que tienen problemas de acceso por su situación económica, monoparentales o personas que cobran algún tipo de prestación. “Cada vez son más jóvenes y hay más mujeres en situación de calle. Hoy día cobrar una prestación o tener un empleo no te garantiza tener seguridad en el pago de tu vivienda. Un sueldo no garantiza tener una vivienda digna y afecta a las personas más vulnerables, sobre todo”, matiza.
Hoy día cobrar una prestación o tener un empleo no te garantiza tener seguridad en el pago de tu vivienda"
La coordinadora señala que después de la dana -hace ya casi un año- se vio que había viviendas en Jerez en situación de precariedad y que sufren mucho más los efectos de los temporales. “Han empeorado los problemas de humedad, la habitabilidad, se ven techos destrozados y el acceso al alquiler se complica por la dificultad con los ingresos”, explica la coordinadora.
El proyecto trabaja con personas sin techo y sin vivienda, aunque también tienen lugar otras intervenciones relacionadas con la mejora de la vivienda, el acceso al alquiler, a suministros, con el derecho a tener un espacio digno donde estar seguro y crear vínculos con la comunidad y el barrio.
La puerta de entrada para obtener el apoyo de la entidad es Cáritas Parroquial. “No hacemos acciones puntuales, sino integrales, con el fin de lograr la inserción de las personas. No hacemos arreglos de viviendas. Se acompaña a la persona en la integralidad de la dificultad que está viviendo”, especifica Pérez Moreno.
En ocasiones, quienes tienen problemas en sus viviendas, además, viven en soledad porque no tienen un ascensor o por la dificultad de relacionarse con los vecinos debido al idioma.
Fran, jerezano sin hogar y usuario de Cáritas, recuerda que hay que tratar los problemas de salud mental y proyectarse siempre con luz. Envía un mensaje a quienes como él se encuentran sin techo: “Estar en la calle es difícil. A veces, no se puede salir solo, necesitamos a especialistas para recuperar energía y buscarnos la vida. De aquí se puede salir.
El sinhogarismo atañe a la comunidad
En los últimos años, se han unido a la celebración de Cáritas otras entidades sociales de la ciudad que forman parte de la Red de Integración Social. También se suma la campaña de la asociación de comerciantes Acoje, preocupada por cómo se atiende a las personas sin hogar y a los cuales se le informa sobre dónde pueden dirigirse esas personas.
A mediodía, se llevó a cabo la lectura de un manifiesto en la plaza del Arenal por parte de participantes del centro de día ‘el Salvador’. En dicha lectura se hizo hincapié en invitar a detenerse, mirar de cerca estas realidades y a implicarse a construir comunidad: “Porque el sinhogarismo no es un problema individual, sino colectivo”.
Una ONG, un refugio, un hogar
Cáritas Diocesana Asidonia- Jerez, a través del recurso del Centro de Día “El Salvador”, llevó a cabo un acompañamiento integral y continuado a 97 personas. En cuanto al perfil de las personas participantes, se observa que en su mayoría es hombre (82%), aunque sí se observa un incremento del perfil femenino, con edad de 26 a 35 años (37%), de nacionalidad extranjera (69%), soltero (71%) y con estudios primarios (39%). Además de este recurso diurno para personas en situación de sinhogarismo, ofrece alojamiento digno con tres viviendas de autonomía. Mediante de la acogida de las Cáritas parroquiales, la entidad ofreció respuesta en el ámbito de la vivienda a 512 personas, tanto en lo referente a pago de alquileres e hipotecas como de suministros e incluso mejoras y acondicionamiento en domicilios para poner freno a situaciones de infravivienda.
Temas relacionados
1 Comentario