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Juan de la Bárbara: "En el balconcito del Maypa pasaba muchas fatigas, pero también disfrutaba”

  • Recordamos el 40 aniversario desde que una de las mejores voces de nuestra Semana Santa se subió por primera vez a un balcón

  • Fue un 1 de abril de 1983 en el Concurso de Los Cernícalos

Juan de la Bárbara posa para la entrevista en La Moderna.

Juan de la Bárbara posa para la entrevista en La Moderna. / Manuel Aranda

Una de las grandes voces de la Semana Santa de Jerez es Juan Cordero Montesinos ‘Juan de la Bárbara’ (Jerez, 1954). Justamente ayer, 1 de abril, pero hace cuarenta años, se subía por primera vez a un balcón para cantar una saeta. Coincidimos con él para recordar este cuarenta aniversario, algo que mantiene en su mente como si fuera ayer.

–Una cosa que tenía ganas de saber, ¿por qué Juan de la Bárbara? ¿Por su madre?

–No, mi madre se llama María, pero mi tía Bárbara. El problema es que todos en el barrio le decían la ‘Bárbara chica’. Ella era muy conocida porque ha vendido fruta toda su vida en la calle Martín Fernández y claro, al final se le quedó ‘Barbarita’. Por eso viene lo de Juan de la Bárbara.

–Cuénteme cómo comenzó en esto de cantar saetas...

–Bueno, yo siempre he cantado, pero nunca en público. Un día, Ramón Junquera Gálvez me dijo ‘Juan, con esa voz que tú tienes, ¿por qué no cantas saetas’?. Así que se propuso que yo cantara. Muchas tardes venía a mi casa, me enseñaba una letra, porque yo no me sabía ninguna, y cuando yo las hacía se ponía las manos en la cabeza. He tenido siempre mucha fuerza cantando, porque claro también físicamente estaba bien, he jugado mucho al fútbol y he hecho mucho deporte toda mi vida.

–¿Y qué ocurrió entonces?

–Ocurrió que Ramón hizo que me apuntara al Concurso que organizaba la Peña de Los Cernícalos en los balcones de la Caja de Ahorros y allí que fui. Imagínate lo que había allí: Fernando de la Morena, Curro de la Morena, El Locajo, Ana Peña, El Lilo, el Lelo, Rubichi, Luis de Pacote...Cuando me tocó cantar, redoblé la saeta y el público se puso loco. Yo tenía apenas 28 años y recuerdo la frase de Juanichi: ‘La que has líado, niño’.

–¿Qué más recuerda de aquello?

–Pues que le canté al Cristo de la Expiración y la Virgen del Valle y que conseguí finalmente el segundo premio.

–Y a partir de ahí se empezó usted a dedicar a la saeta...

–Claro, yo he trabajado toda mi vida en Merca Jerez, tenía mi trabajo, pero en Semana Santa ganaba dinero. Me apuntaba a los concursos y he ganado concursos aquí en Jerez y en SanFernando, donde también he cantado mucho. En Jerez he ganado el de los Cernícalos y el de la Buena Gente en varias ocasiones.

–¿Y por qué ha dejado de presentarse a los concursos?

–Bueno, porque cada cosa tiene su momento, y creo que el mío en los concursos ya ha pasado. Los concursos son complicados y a veces que no se da lo que tú crees, pero claro, yo siempre he aceptado lo que decía el jurado. En ese sentido, nunca he tenido problemas. Ya llevo once años sin hacer ningún concurso.

–Usted se convirtió en una persona especialmente considerada en la Semana Santa y muchos le recuerdan en aquel balcón del Maypa...

–(Risas) Sí, canté muchas veces en aquel balconcito en el que llegué a pasar fatigas, porque asomaba la cara y el brazo con dificultades. Aquella casa era de un hombre de Jerez, pero a mí me pagaba el Maypa. Y no veas cómo se ponía aquello. Pasé muchas fatigas, pero también disfrutaba, la verdad.

–¿Y no pensó nunca en dedicarse a cantar únicamente?

–La verdad es que no, pero bueno, también he hecho mis recitales. He cantado en la Peña El Pescaero, en Los Cernícalos, en la peña antigua de Terremoto, cuando estaba en La Asunción...A mí me gustan mucho los fandangos, la soleá, las bulerías, también hago tientos-tangos...Pero claro, yo me levantaba todos los días a las dos de la mañana y terminaba a las cuatro de la tarde. Y claro, no tenía ganas de ir a ningún lado.

–Antes ha hablado de San Fernando, ¿allí también ha ganado premios?

–Sí, y tengo muy buenos amigos allí. He ganado un primer premio, un segundo, y un tercero. Allí voy casi todos los años. Recuerdo una vez, sería por el año noventa o así, que canté al Nazareno y subió a verme Pastora, la madre de la Niña Pastori, con su hija, María. Y me dice, ‘mira Juan, mi niña canta muy bien’, A ella le gustaba escucharme y sentaba a mi vera. Un día le dije, ‘tú tienes cara de artista’, y fíjate. Tendría 11 años. Casi diez años después coincidí con ella en una boda y fue muy bonito cuando le dije quién era yo.

–Usted se convirtió durante una época en un habitual en aquellos programas de Cuaresma de Onda Jerez...

–Sí, fueron muchos haciendo cosas con Juan Romero Pantoja ‘El Guapo’, con Pepillo, fue una experiencia muy bonita. Yo cogí muy buena amistad con José Antonio Carmona y él contaba siempre conmigo para todas esas cosas.

–¿Le ha dado muchas alegrías la saeta?

–La verdad es que sí. Yo siempre he querido cantar, pero como no sabía letras...Unas de las cosas más bonitas que recuerdo han sido las recogidas de la Yedra en la calle el Sol, cuando Oliva, que en paz descanse, me ponía el paso delante mía y me decía ‘ahí lo tienes Juan’. Durante siete u ocho años, yo era el saetero más buscado, el número uno, aunque está feo que lo diga, pero era así. También cuando hace cinco años mi nieto Diego quiso venir conmigo para escucharme cantar. Tenía siete años y recuerdo su emoción cuando yo cantaba, cómo me cogía la mano. Aquel día floté cantando, la verdad.

–¿Y nunca ha pensado en enseñar como hizo con usted Ramón Junquera?

–Lo he hecho, lo que pasa es que eso lo sabe poca gente. A mi casa ha venido Lidia Hernández, Rocío Tornero, Laura Millán y Carmen Grilo cuando era una chiquilla.

–Es que usted ha doblado la saeta, y eso no es fácil...

–La saeta hay que hacerla según la posibilidad de cada uno, pero hay gente, como me pasa a mí, que tenemos la facilidad para doblarla y eso ponía a la gente en pie. Eso me lo decía Ramírez de la Peña La Buena Gente, ‘tú has creado escuela’. Yo he cantado en Sevilla, donde te ponen micrófono, y era capaz de poner el paso en pie de la fuerza que tenía (risas).

–¿Y qué es lo peor en la saeta?

–Yo lo paso peor en los momentos antes de cantar. Cuando estás esperando que llegue el paso. Te aparecen las moscas por el estómago dando vueltas (risas). Ya una vez que te pones, no pasa nada, pero antes...

–¿Y qué es más difícil un balcón o cantar a pie de calle?

–Hombre si cantas a pie de calle,tienes que mirar hacia arriba y para la garganta y para respirar es más difícil. En el balcón tienes al paso a tu altura y es más aliviado. Ahora, más emocionante es cantar a pie de paso, eso no tiene nada que ver con el balcón.

–¿Ha ganado mucho dinero con las saetas?

–Bueno, mi dinerito he ganado, todo hay que decirlo, sobre todo por aquella época en la que me puse de moda (risas). Date cuenta que sólo en concursos, si las cosas te salían bien, ganabas dinero.

–Por hacernos una idea, ¿cuánto ha podido ganar?

–Mira, recuerdo que lo máximo que he ganado, ha sido más de un millón, pero claro, yendo a varios concursos en la provincia. Una vez gané el de San Fernando, que era el concurso donde mejor se pagaban los premios, luego gané también en la Buena Gente y logré también premios en Rota. Luego canté en un balcón en la Plaza de La Asunción y me pagaron 25.000 pesetas por saeta. Por eso digo que también he ganado dinero. Con decirte que aquel año me quité el préstamo que tenía de una casa que me compré en Torresoto (risas).

–¿Qué referente ha tenido en la saeta?

–Hombre, mi referente ha sido siempre Juan Romero Pantoja ‘El Guapo’. Con él había que morir. También he escuchado mucho a Cascales. A El Guapo le gustaba mucho escucharme y un día me dio 50 letras de saetas para que me las aprendiera. Se las dio al hijo en un papel para que me las diera, y de hecho, he cantado muchas saetas de él.

–¿Qué opina de la situación de la saeta hoy día en Jerez?

–Bueno, hay gente muy buena, la verdad. Juan Lara, Tomás Rubichi, Niño de la Fragua, Lidia Hernández...Luego hay gente que sabe cantar saeta pero que no quiere hacerlo en público. El otro día escuché un vídeo de uno que había cantado a un paso de esos que salen antes de Semana Santa, y no veas cómo cantaba. Pero claro, luego no se atreven en público, pero bueno, que gente hay y buena.

–Este año, ¿cómo se presenta?

–Bueno, voy a cantar a San Fernando donde voy a hacer dos saetas el Martes Santo y también cantaré en Málaga el Jueves Santo, donde me han contratado tres saetas.

–¿En Jerez, nada?

–No, se cerró el Maypa y no he vuelto a cantar. También he hecho muchas saetas en la calle Bizcocheros al paso de la Coronación y el Lunes Santo a la virgen de Amor y Sacrificio. Pero hoy día no se paga por una saeta, y me enfado cuando intentan poner precio a mi saeta. La saeta no es una tapa de ensaladilla. En Jerez siempre canto en la recogida de la Yedra, en la calle el Sol, pero eso es porque me apetece.

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