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Tribunales

"La lesión en la cabeza es típica de un ataque frontal con un objeto duro"

  • Los peritos desmontan la versión de los acusados en el juicio de la pelea de Algodonales

Visto para sentencia el juicio por la grave reyerta ocurrida en Algodonales en 2007, que se saldó con un herido de gravedad, y que se ha estado celebrando en la sección octava de la Audiencia Provincial con sede en Jerez ante grandes medidas de seguridad.

En la última jornada de vista, los peritos forenses desmontaron la versión de los cuatro procesados, J.F.F., S.F.F., S.F.J. y A.F.J. (todos de una misma familia) a los que Fiscalía y acusación particular imputan un delito de asesinato en grado de tentativa por agredir salvajemente a J.L.S. la noche del 20 de mayo de hace cuatro años.

Como se recordará, los hechos se produjeron tras la celebración de la romería del pueblo cuando, presuntamente, sacaron de su coche a J.L.S. para posteriormente apuñalarlo en la zona abdominal y agredirle en la cabeza con un madero mientras era agarrado sin posibilidad de escapar.

En sus declaraciones del pasado lunes, los procesados defendieron su inocencia, señalando que el incidente fue provocado por la víctima, la cual, según ellos, les amenazó y profirió insultos de carácter racista. Afirmaron que sacó una navaja con la cual les hirió y destacaron que las lesiones que sufrió se las produjo él mismo al clavarse el arma tras tropezarse con una moto aparcada en la acera, la cual también defendieron que se cayó sobre su cabeza.

Esta teoría, bastante rocambolesca, la tacharon de poco creíble los forenses. Así, en cuanto al golpe en la cabeza -que le provocó un traumatismo craneoencefálico severo- dejaron claro que la localización de la lesión "es típica de un ataque frontal. Tuvo que producirse desde arriba con un objeto duro. Si una moto se le hubiera caído encima, lo más normal es que el golpe estuviera más repartido". En lo referido al pinchazo, otra perito confirmó que la gravedad de la herida le hace pensar que "fue producto de una agresión".

Pero si estas declaraciones dejaron lugar a pocas dudas, la lectura del informe de la Policía Científica sobre la navaja de la víctima, que recogió la Guardia Civil en el lugar de los hechos, fue definitiva: ni se encontraron restos de tejidos de su camisa ni de sangre, por lo que la versión de los procesados terminó por derrumbarse.

Además, los peritos confirmaron la gravedad de las heridas al destacar que ambas tuvieron riesgo vital, con lo cual "la combinación de ambas podrían haber provocado su muerte".

A la vista de esto, el ministerio fiscal, en sus conclusiones definitivas, se reafirmó en solicitar para los cuatro una pena de 10 años por un delito de asesinato en grado de tentativa con la agravante de alevosía, señalando igualmente que existió cooperación necesaria, lo que convierte a todos en coautores de los hechos.

Por su parte, la acusación particular decidió ampliar de 10 a 12 años su petición de pena para los procesados, entendiendo además que existe la agravante de abuso de superioridad.

Esta parte destacó las versiones contrapuestas dadas por una y otra parte, si bien destaca que la que dio tanto la víctima como su familia "es constante desde el primer momento", mientras que la de los procesados y sus familiares "varía respecto a la que dieron en un primer momento en el cuartel de la Guardia Civil, a la dada en el juzgado de Instrucción y en el juicio".

Por último, la defensa solicitó para los cuatro su absolución, defendiendo que la versión dada por sus patrocinados sobre cómo se originó la reyerta es la más coherente, y que en ningún momento tuvieron ánimo de matar.

En su derecho a la última palabra, los procesados volvieron a defender su inocencia. "Somos estudiantes de la Biblia, que es la palabra de Dios, y por eso decimos la verdad", dijo S.F.F.

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