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Jerez

Volver a vivir tras superar un cáncer

  • Testimonio de la jerezana Vanesa Montero curada de un Linfoma de Hodgkin

  • Las últimas sesiones de tratamiento las vivió durante los primeros meses del estado de alarma

La jerezana Vanesa Montero posa para la entrevista.

La jerezana Vanesa Montero posa para la entrevista. / Vanesa Lobo

Y un día se congela tu vida. Te encuentras sobreviviendo entre pruebas y goteros, entre la necesidad de vivir y la tristeza más profunda, el desconcierto, el ‘y por qué yo’, el miedo. Un miedo que paraliza tus piernas y te quita la voz, que no las lágrimas. El cáncer llega y a veces no es posible enfrentarlo con sonrisas ni con el mantra diario de ‘yo puedo con todo’. Y no es justo que recaiga sobre el enfermo parte de la responsabilidad de su curación. No es responsable, no se cura mejor ni más rápido quien tiene una actitud positiva frente la enfermedad, aunque esa actitud sí haga que tus días sean menos malos.

El médico granadino Jesús Candel, más conocido por el nombre de Spiriman, declaró hace unos días que el cáncer había “desaparecido” de su cuerpo y que creía que una de las razones que le han llevado a superarlo había sido su “fuerza interior”, una fuerza que es “capaz de hacer milagros”.

Vanesa Montero es una jerezana que también ha superado su cáncer y ella reconoce que no tenía esa fuerza milagro’. Porque a veces simplemente no hay fuerza. Ahora es capaz de conmover con su testimonio y llegar a cientos de corazones a través de un vídeo viral en el que comunicó que estaba curada.

A mediados de 2019 Vanesa, con 39 años, se palpó un bulto en el cuello. Era muy pequeño, “¿a qué médico se va cuando te palpas una cosa así?”, se preguntó. Decidió acudir a un cirujano de una clínica privada para resolver qué tenía lo antes posible. Fue sola, le hicieron pruebas y le dijeron durante una de ellas que parecía que todo estaba bien. Se quedó tranquila, no la llamaron ni ella llamó. Llegó el verano.

A finales de agosto se notó otro bulto. Esta vez más grande. La palabra cáncer no se le pasó en ningún momento por la cabeza. Se sentía bien. Volvió al cirujano y éste revisó los resultados, “el estudio tendría que haber continuado”. La cara del médico ya fue diferente a la primera vez y salió de la consulta con la sensación de que algo no iba bien, la operaron a la semana siguiente. Los resultados confirmaron la peor de las noticias, Linfoma de Hodgkin. “Psicológicamente fue un shock brutal. Me vino grande. Toqué fondo. No hay palabra que describa lo que he vivido, y ya no sólo por la enfermedad, sino por la depresión”, reconoce Vanesa.

Cáncer, depresión y pandemia. Afrontar las últimas sesiones de quimioterapia y radioterapia en estado de alarma “fue una locura”. Perdió cerca de 10 kilos y eso que Vanesa es de constitución delgada. Sufrió y padeció los duros efectos del tratamiento. Pero salió.

La familia y los amigos fueron su “salvavidas. A ellos les debo todo”. “A la gente le digo que haga justo lo contrario a lo que hice yo, que no se hundan, o al menos lo intenten”, declara. “Te dicen que la actitud es parte del tratamiento pero yo no podía y me sentía aún peor porque era consciente de que no hacía mi parte. Y eso me preocupaba aún más”, recuerda la jerezana, quien añade que “palabras como las de ‘Spiriman’ creo que son muy arriesgadas, un atrevimiento. ¿La gente que no lo supera es porque no quiere? ¿A caso el gran Pau Donés no tenía ganas de vivir?”.

Vanesa ha superado el mismo cáncer que ha superado Dani Rovira (ambos con la misma edad y diagnosticados prácticamente a la vez), quien le mandó un merecido “enhorabuenísima!!!” cuando conoció que la jerezana ya estaba curada. Y Antonio Orozco entró en directo en una entrevista que le hicieron en Canal Sur Radio porque el vídeo viral de Vanesa tenía como banda sonora su canción ‘Entre sobras y sobras me faltas’. Ella le dio sentido a sus letras.

Vanesa ha vivido con profunda tristeza, miedo y preocupación su enfermedad pero su testimonio con final feliz ayuda a muchísimas personas. Ya ha tocado la campana que anuncia su curación en la sala de tratamiento del Hospital de Jerez ante la presencia de los pacientes y el personal sanitario, al cual agradece “su amabilidad y gran profesionalidad y muy especialmente a la Unidad de Hematología”.

Antes de que sonara dicha campana y diera esperanzas a los que en ese momento estaban recibiendo su medicación, en esas mismas butacas en las que ella se había repetido mil veces “¿la tocaré algún día?”, se preguntaba “¿es mi momento? ¿Estoy curada? No me lo puedo creer”. Sentimientos encontrados porque “hay compañeros que se han quedado en el camino”.

Vanesa ha cerrado este difícil episodio que le ha tocado vivir, “una lección de vida”. “Cuando me diagnosticaron el cáncer el médico me dijo que había tenido suerte, ¿cómo podía ser?, no lo entendía. Ahora me doy cuenta de que sí. La vida me ha dado una segunda oportunidad y solo quiero vivir, vivir y vivir sin miedo”, subraya la jerezana. Ella lo ha superado con sus luces y con sus sombras. Sombras que hay que conocer porque no hay nada de malo en ellas.

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