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Jerez rural

"La mayoría de mujeres que trabajamos como camareras de piso terminamos rotas e inservibles"

Las camareras de piso de la plataforma del Jerez rural, reunidas con el gobierno local días atrás.

Las camareras de piso de la plataforma del Jerez rural, reunidas con el gobierno local días atrás.

Las camareras de piso no pueden más. Desde hace meses vienen reivindicando mejoras, tanto a nivel estatal como andaluz y local, ante las duras condiciones de trabajo que sufren. Unas demandas que arrastran desde hace años pero cuya lucha se ha intensificado ahora. De hecho, el pasado mes de septiembre, la Plataforma por las Camareras de Piso 'Las grandes olvidadas' protagonizó una primera protesta en La Barca, respaldada por las integrantes de la federación de asociaciones de mujeres 'Sol Rural'.

Este nuevo colectivo, que surge como iniciativa de las camareras de piso (conocidas también como ‘kellys’) de la zona rural de Jerez, ha continuado trabajando para visibilizar su situación y días atrás ha mantenido un encuentro con la alcaldesa María José García-Pelayo, y otros miembros del gobierno local. Por parte de la Plataforma estuvieron presentes cuatro camareras de piso de La Barca, dos Jerez y una de Mallorca, así como representantes de Sol Rural.

A lo largo del encuentro, el colectivo dio a conocer sus reivindicaciones y propuestas. Isabel Melgar, una de las camareras de piso, explicó que la Plataforma se constituyó oficialmente en octubre del pasado año después de que un grupo de socias y amigas de la federación Sol Rural, trabajadoras de este sector de la hostelería, “nos dieran conocimiento de su precaria situación laboral”.

Isabel, trabajadora de un hotel de Chiclana, contó que en 2003 se dio un caso de una compañera que “la despidieron por estar embarazada”. Esto la inquietó y se implicó en la solución del caso. Fue así como contactó Carmen Toro, trabajadora desde 2002 de otro hotel de Chiclana e implicada en la lucha sindical como delegada en el comité de empresa.

Ambas acumulan una larga trayectoria en defensa de los derechos laborales de las mujeres pero reconocen que la situación ha empeorado desde la pandemia debido a que cada vez más “se reducen las plantillas aunque el trabajo aumenta”.

Las reivindicaciones de las camareras de piso

Ante esta situación, la Plataforma reivindica “la disminución y adecuación de las cargas de trabajo”, así como “las bajas necesarias, ya que las mutuas y la Seguridad Social nos dificultan con gran agravio comparativo con los hombres”, tal como le han trasladado al gobierno local.

Para ello, dejan claro que es fundamental la “modificación de la legislación vigente o, en su defecto, la puesta en marcha de iniciativas legislativas que contemplen estas reivindicaciones, entre otras muchas”. Asimismo, es necesario “el reconocimiento de las enfermedades profesionales”, relacionadas con este trabajo así como “la disminución de la edad de jubilación y el cubrimiento de las bajas de forma adecuada”, tal como trasmitieron al gobierno local.

Desde la Plataforma de las Camareras de Piso del Jerez rural insisten, además, en que “está muy bien que los sindicatos y empresarios pidan al gobierno dinero para la jubilación, las bajas etc...Pero no estamos de acuerdo con pedir sólo la reducción de la edad de jubilación, sino también la reducción de las cargas de trabajo, que es asunto de los empresarios y los sindicatos”.

La importancia de las enfermedades profesionales

Por otra parte, el colectivo remarca la importancia de realizar un reconocimiento de las enfermedades profesionales de las camareras de piso. En este punto, lamentan que “la industria hotelera, dentro de la industria de los cuidados (el trabajo más importante de la sociedad) no se percibe como dura”.

No es la edad, es la actividad. Las mujeres que trabajamos como camareras de piso, la mayoría terminamos rotas e inservibles. Comenzamos con los padecimientos, medicación obligatoria o no podemos trabajar... operaciones varias y cuando aún te falta bastante para poderte jubilar, no puedes trabajar ya en nada, rota e inservible”, insisten.

“No sé tiene en cuenta porque tiene que ver con mujeres y cuidados, y no se le presta atención porque eso está dentro de 'nuestras' obligaciones. Las enfermedades reconocidas no están en el BOE, la Seguridad Social… te mandan al médico de cabecera y al juzgado pero no tenemos dinero para poner denuncias. Las mutuas no nos atienden...las enfermedades son masculinas y no existe la perspectiva de género”, narran las afectadas.

Tanto es así que “hay mucha discriminación con los varones: A los camareros de sala se les reconoce como enfermedad las varices y a las camareras de piso no. A una mujer que parte bacalao en un comercio, no se le reconoce enfermedad profesional lo del túnel carpiano, pero a un carnicero o un pescadero si se le reconoce”, aseguran.

En este sentido, las camareras de piso hacen hincapié en que las enfermedades que sufren “no son solo musculoesqueléticas, también sufrimos otras psicológicas como ansiedad, depresión...”. Entre otros motivos, debido a que el trabajo de camarera “es el único al que se le impone una ratio en número de habitaciones a realizar. No es legal, no se hace en ningún otro trabajo...lo legal es jornada laboral y tipo de trabajo pero no medir diariamente un número fijo de camas, baños, terrazas, muebles etc... además de los espacios comunes”.

“Las habitaciones pueden tener desde dos a cuatro o más camas…. Una compañera cuenta que en verano ha llegado a hacer 60 camas diarias, llorando, dolorida y ansiosa. Esto no es vida, llego a mi casa destrozada, para no poder hacer nada más que acostarme y taparme la cabeza”, lamentan.

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