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La perrita de la discordia

Ciudad

Era la única 'familia' de la mujer que encontraron muerta en su casa hace unos días. La perrera no la dará a sus conocidos hasta el lunes.

La perrita de la discordia
Pablo Fdez. Quintanilla

21 de octubre 2016 - 01:00

Luna es una perra de raza 'yorkshire' que convivía con la mujer que encontraron los bomberos hace una semana en Princijerez en avanzado estado de descomposición. Los vecinos alertaron a las autoridades del olor a putrefacción que salía del piso. La tragedia fue confirmada por los bomberos, que la hallaron en la cama con indicios de muerte natural. Luna había pasado al menos una semana sin los cuidados diarios y sin alimento. Dentro de lo que cabe, fue encontrada en buen estado. Tal y como exige el procedimiento, el animal fue entregado al Centro Zoosanitario. Ese día se inició una cuenta atrás para que la 'yorkshire' sea reclamada por algún familiar de la fallecida, un plazo que finaliza este lunes.

Desgraciadamente, la mujer hallada muerta no tenía familiares conocidos por su entorno, según explica Laura Moreno. "Ella solía pasar algunas temporadas en el hospital. A través de gente amante de los animales y de conocidos, acabé haciéndome cargo de Luna dos veces". Debido a que la perrita había pasado tantos días sola, Moreno considera que el plazo de diez días es un trámite innecesario. "Saben perfectamente que no va a llegar ningún familiar a reclamarlo en estos días, es todo burocracia y no entendemos por qué Luna tiene que pasar ni un minuto más en la perrera, nos la queremos llevar nosotros para cuidarla", señala.

Por su parte, el Centro Zoosanitario dice que la norma es clara y que se deben andar con cuidado. "Sólo hace falta que reclame un familiar para que tengamos un problema, porque nos podrían denunciar y con toda la razón", contaba ayer Juan Manuel García Tubio, director de este servicio municipal. "Puedes comprobar que la perra está en buen estado, así lo certificó nuestro veterinario cuando llegó. Perdería peso aquellos días y necesita un pelado, pero está recibiendo cuidados específicos. Una de nuestras voluntarias le saca una lata de comida que ella misma trae para que se la coma delante de ella y se reponga", indica. Moreno sólo está relativamente de acuerdo con ello. "Ya había perdido peso antes, los días que había pasado sola, pero fuimos una mañana de esta semana y nos la encontramos mojada porque habían dado un manguerazo a su jaula con ella dentro, y podría estar ahora con nosotros. Además, si el centro entiende que por su salud es mejor que vaya a un veterinario, ese plazo de diez días no se tiene que cumplir para que salga la perra".

Eso sí, antes de entregarla, se deberá atestiguar que su situación como animal de compañía queda regularizada, empezando por la intervención para que cuente con el preceptivo microchip. Moreno está dispuesta a cumplir con ello. "Su dueña no tenía muchos medios económicos, y es cierto que ayudábamos como podíamos a que pudiera seguir a su cargo. Una vez, incluso, se buscó a una familia para que se le dieran las mejores atenciones, pero Luna era toda la familia que tenía esta mujer". En principio, será el lunes cuando Luna tenga la suerte de volver a encontrar el cariño que perdió cuando falleció su dueña. "Ya estoy en contacto con un veterinario para que, nada más que la recoja, se le haga una revisión a fondo", dice Moreno.

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