Gabriel Ortega es el presidente de la asociación de vecinos de La Pita. Lleva diez años en el cargo. Dice que no le importa estar al frente pero siempre y cuando se sienta respaldado por el Ayuntamiento. Cada cierto tiempo -así lo confiesa- presenta la dimisión pero nadie se presenta. Por lo tanto no le queda más remedio que seguir.

-¿De dónde le viene a usted su vocación vecinal?

- Llevo mucho tiempo en asuntos relacionados con el asociacionismo. Hacer algo por el barrio, por los niños o por los mayores siempre me ha encantado. Por eso estoy aquí.

-¿Cuál es la queja más común de los vecinos de su zona?

- La queja más común en la actualidad hace referencia al asfaltado de las calles, pero en el Ayuntamiento no me hacen caso. La seguridad también suscita quejas, así como un solar embargado por un banco que está que da pena verlo lleno de porquerías.

-¿Cómo debe ser una asociación de vecinos para que se pueda considerar eficiente?

- Una buena asociación debe contar con apoyo vecinal y su directiva debe ser abierta con los barrios próximos. Eso es importante.

-¿Haga un balance del movimiento asociativo jerezano?

- La verdad es que lo veo en la actualidad bastante frío. Las asociaciones de vecinos están muy paraditas. Es normal que se aburran de intentar cosas por su barrio pero sin que nadie les escuche. Eso desespera a cualquiera.

-¿A usted qué le cuesta personalmente dedicarse a los vecinos?

- Me cuesta tiempo y me cuesta dinero. Le quito tiempo a mi familia. Al trabajo no porque hay que cumplir, a fin de cuentas es nuestro trabajo el que nos da de comer. Los sábados y los domingos le dedico tiempo, al igual que la hora y media de los jueves por la tarde en la que intentamos solventar el mayor número de problemas en la medida de nuestras posibilidades.

-¿Cuál ha sido su mejor momento como representante vecinal?

- Por decir algo señalaría que cuando entré en la presidencia hicimos una encuesta sobre las deficiencias del barrio y la verdad es que años después la repetimos y los resultados fueron excelentes. Hemos avanzado mucho. Éste es un barrio viejo y la verdad es que las necesidades grandes están cubiertas. Lo que deseo firmemente es que me atiendan de otra forma las necesidades pequeñas en el Ayuntamiento. Otro momento muy feliz fue cuando tras años de lucha conseguimos quitar unos árboles que producían alergias a medio barrio. Un día llegaron... y los talaron.

-¿Y el peor momento?

- Quizás una convivencia que hicimos a la que sólo asistieron 54 personas. Eso duele mucho tras pegarte toda la trabajera de comprar, preparar...

-¿Qué opinión le merece la distribución de Jerez en distritos?

- La distribución en distritos la veo bien, pero que nadie se olvide que hay que tenerlos a gusto, que es el objetivo a fin de cuentas.

-¿Al político hay que darle la lata?

- Sí, de noche y de día, las veinticuatro horas... Pero a pesar de eso siguen sin escucharte.

-¿Es cercano el político?

- Creo que no. Ahora ya empiezan a acercarse. Ya me han llamado, pero lo hacen cuando se calienta el tiempo político.