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Gastronomía

Las Jornadas de la Sal y el Estero se hacen fuertes

  • Unas 500 personas han disfrutado este fin de semana del evento, en su edición más solidaria

  • La cita se consolida en su séptimo año de celebración

Una imagen de las jornadas celebradas en las Bodegas El Cortijo.

Una imagen de las jornadas celebradas en las Bodegas El Cortijo. / Andrés Mora Perles

Este   fin de semana se ha celebrado en Bodegas El Cortijo la séptima edición de las Jornadas de la Sal y el Estero, una edición que ya se ha consolidado y que en esta ocasión ha contado con la participación de una quincena de restaurantes portuenses.

Para el organizador de las Jornadas, Nicolás Terry, esta ha sido “la mejor edición, por el número de participantes y porque hemos introducido novedades como los stands solidarios y la venta directa de productos, como el aceite de oliva virgen”.

En esta edición, que se ha retomado por la puerta grande tras el paréntesis impuesto por la pandemia, se han dado cita 15 restaurantes portuenses, cinco bodegas -dos del marco del Jerez y tres de la Sierra de Cádiz-, dos firmas cerveceras y otras de licores como Cacao Pico y la ginebra Gipsy, además de ofrecerse una degustación de pestiños a cargo de la asociación de amigos de los patios.

Nicolás Terry se siente satisfecho porque considera que las jornadas ya se han consolidado, contando con una gran parte de clientes asiduos aunque también con clientes de fuera de la ciudad, como una familia de seis miembros procedentes de Osuna (Sevilla) que tras participar el sábado en las jornadas pernoctaron en el Hotel Monasterio, cenando después en el restaurante Los Portales. Y es que ese es precisamente el mérito de estas jornadas, que sirven de excusa para visitar la ciudad y de reclamo para el turismo en temporada baja, en una ciudad en la que atraer visitantes en estas fechas es clave para la supervivencia de hoteles y restaurantes.

De cara al próximo año Nicolás Terry anuncia algunas novedades, como un cambio de ubicación con el objetivo de que estas jornadas no se establezcan en un enclave fijo, sino que haya una rotación por distintos establecimientos emblemáticos de la ciudad.

“Para mi lo más importante es la unión que hay entre los participantes, donde uno de los restaurantes te puede recomendar sin ningún problema la tapa de otro y no pasa nada. No es competencia, sino espíritu de colaboración” explica Terry.

El Monasterio del Espíritu Santo ha contado con un stand en el que se vendían los dulces de las monjas. El Monasterio del Espíritu Santo ha contado con un stand en el que se vendían los dulces de las monjas.

El Monasterio del Espíritu Santo ha contado con un stand en el que se vendían los dulces de las monjas. / Andrés Mora Perles

En esta edición otra de las novedades destacables ha sido la participación de dos entidades solidarias, que han situado sendos stands para vender sus productos. Una de ellas ha sido el Monasterio del Espíritu Santo, que ha tenido ocasión de vender sus dulces en uno de estos stands, y el otro ha sido la asociación La Gaviota, donde se ha podido adquirir un vinagre especialmente envasado para la ocasión, producido por la empresa Vinagre de Yema. En cuanto a la venta directa de aceite, este año ha sido una experiencia piloto con idea de ampliar esta iniciativa en la próxima edición, con la comercialización de productos de proximidad.

El organizador de las jornadas ha agradecido la implicación de entidades como la Diputación provincial de Cádiz y el Patronato Provincial de Turismo, que se han volcado con esta iniciativa.

La jornada del domingo contó además con la colaboración musical de la joven cantautora Julia González.

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